Una Agencia Espacial Española; un plan estratégico para movilizar una inversión de 4.500 millones de euros hasta 2025; dos nuevos astronautas -uno de ellos mujer-; una empresa capaz de lanzar cohetes al espacio; y presencia de la industria y la ciencia en las principales misiones espaciales operativas o programadas.
Una suma de hitos que sitúan a España en la primera división europea de la exploración espacial y un contexto con el que Sevilla acoge varias citas que pivotan sobre el sector: una cumbre de la Agencia Espacial Europea (ESA), la reunión informal ministerial de Competitividad del Espacio o la Cumbre Ministerial de Espacio Europa-Iberoamérica y Caribe.
La ministra en funciones de Ciencia e Innovación, Diana Morant, ha subrayado que la innovación espacial "es un proyecto de país" que juega un papel fundamental en la solución a los grandes retos, entre los que ha citado el cambio climático, las comunicaciones seguras y la gestión de las emergencias.
Ha asegurado que el sector es una industria estratégica "que contribuirá a transformar nuestra economía y a crear mejores oportunidades laborales para nuestros jóvenes".
Morant ha apuntado a EFE que la nueva era espacial va a estar marcada por desarrollos innovadores fundamentales para avanzar en la doble transición -ecológica y digital- del sistema productivo "y garantizar el bienestar de la ciudadanía".
Por primera vez una agencia espacial
El Gobierno inició con la designación de Sevilla como sede de la nueva Agencia Espacial Española el proceso de descentralización de entidades de nueva creación, y dotó a este organismo -desde el que se coordinarán todas las políticas y actividades nacionales sobre el espacio y la participación española en los programas internacionales- con un presupuesto que supera los 700 millones de euros para 2023.
Los últimos datos de la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (TEDAE) reflejan que el tejido empresarial que conforman el conglomerado de empresas de este sector facturan unos 12.000 millones de euros al año y que casi la mitad de sus productos y servicios van a la exportación.
El sector contribuye con un 1,4 por ciento al Producto Interior Bruto nacional, emplea a casi 50.000 personas con una alta cualificación técnica, y destina aproximadamente el 10 por ciento de su facturación a la investigación, el desarrollo y la innovación.
Muchas de las empresas españolas del sector y numerosas universidades y centros de investigación están directamente implicados en las misiones científicas de la ESA que están operativas en la actualidad o programadas para hacer nuevas observaciones astronómicas, para estudiar el sol, la interacción de esta estrella con la Tierra, para estudiar planetas o asteroides o para poner en órbita nuevos satélites de observación y de comunicaciones.
Desde Euclip a Galileo
Destacan entre ellas la misión Euclid para explorar y tratar de descifrar enigmas del universo oscuro y desconocido; la nave Juice que viaja a Júpiter en un largo trayecto de ocho años; o el importante sello español que algunas empresas aportan a algunos de los programas más importantes de la NASA, como el telescopio James Webb que ofrece ya una vista inédita del universo o el rover Perseverance que escudriña desde hace varios meses la superficie de Marte.
Pero España participa además a través de la ESA en la Estación Espacial Internacional -un complejo tecnológico y científico operativo desde hace 25 años- y en los dos estratégicos programas espaciales que la Unión Europea ha puesto en marcha con la ESA: el Copernicus -una constelación de satélites para la observación de la Tierra-, y el sistema de navegación Galileo.
Las contribuciones obligatorias y opcionales que España hace a la ESA retornan al país en forma de contratos para la industria, y la aportación que ha hecho este año ha aumentado hasta alcanzar los 300 millones de euros y convertirse en el cuarto país de la UE con una mayor contribución.
Y entre las grandes empresas y multinacionales que operan en el sector se ha colado una nacida "en provincias", PLD Space, que se acaba de convertir en la primera empresa europea privada en lanzar con éxito un cohete y en la primera en hacerlo además desde Europa continental, lo que ha situado a España en el reducido grupo de diez países con capacidad para lanzar cohetes y refuerza la soberanía "espacial" del país.
Otra vez astronautas españoles
Desde provincias -desde León- han llegado también al cuerpo de astronautas de la Agencia Espacial Europea dos españoles, el ingeniero aeronáutico Pablo Álvarez (titular) y la investigadora oncológica Sara García (reserva), que se han incorporado a la reducida lista de astronautas que tiene la historia espacial española: Miguel López-Alegría (NASA) y Pedro Duque (ESA).
A estos "hitos", Diana Morant ha sumado el acuerdo de la ESA para desarrollar la Constelación Atlántica, que estará formada por 16 satélites -ocho de los cuales se desarrollarán en España- que monitorizarán la crisis climática y vigilarán posibles desastres naturales, como el ocurrido cuando entró en erupción el volcán de La Palma, y salvaguardar así vidas humanas.
"Invertir en Espacio es aumentar la autonomía estratégica de nuestro país y garantizar nuestro estado de bienestar", ha aseverado la ministra.