Fieles y entidades privadas confiaron masivamente en el Obispado de Cádiz y Ceuta para socorrer a los más afectados por la crisis económica provocada por la irrupción del Covid-19.
De acuerdo al boletín Nuestra Iglesia, que recoge las cuentas sobre la actividad llevada a cabo en la Diócesis, a lo largo del pasado ejercicio, las colectas cayeron un 18,6% por las limitaciones de los cultos por la alerta sanitaria. Sin embargo, se vieron sobradamente compensadas por las cuotas y las suscripciones, con un incremento muy significativo de los donativos recibidos por Cáritas, con un 58% más que en 2019, hasta los 2,5 millones de euros. Esto permitió atender a casi a 52.000 personas, un 29% más.
En cualquier caso, este fenómeno no ha sido circunstancial. Antes de la pandemia, en el año 2019, incluso con la consolidación de la anterior crisis en marcha, el número de contribuyentes que marcó la equis en su declaración del IRPF para colaborar con la Iglesia también creció de manera considerable, con en torno a los tres millones de euros en donativo, un 7,25% por encima de la anterior anualidad.
Todo ello ha contribuido a paliar, en cierta medida, el agujero provocado por el confinamiento duro y las posteriores restricciones, que impidieron las visitas al patrimonio artístico, especialmente la Catedral de la capital, principal reclamo. En total, la Iglesia de Cádiz ha registrado una merma de ingresos del 82,5% en este sentido, con solo 266.000 euros contabilizados en concepto de explotación del mismo.
Cabe destacar además que en los gastos, la partida que precisa de un mayor porcentaje es el de conservación de edificios y patrimonio, con una factura de más de 4,7 millones de euros y alrededor de un tercio del presupuesto total. No hay que olvidar que la Diócesis cuenta con 22 Bienes de Interés Cultural (BIC) que exigen un importante esfuerzo en su mantenimiento.
En cuanto al personal, el 24,71% de los gastos ordinarios se destinan a retribuciones del personal seglar y un 14,11%, a las del clero. El Obispado sostiene que no se ha reducido empleo, pese a la delicada situación.
La Diócesis cuenta con 170 sacerdotes que desarrollan su actividad pastoral en 117 parroquias. Asimismo, hay 381 monjas de clausura, 13 diáconos permanentes, 10 seminaristas, 124 centros pastorales, 6 monasterios y 42 misioneros, 1.169 catequistas y 86.753 alumnos entre los centros educativos públicos, concertados y privados.