El año 2021 está a punto de terminar, pero antes de irse nos dejó una pésima noticia, el fallecimiento de Paco Rosado, un histórico de la fiesta. Una despedida que nadie esperaba y que dejó a la ciudad en shock. Sin embargo, han sido seis despedidas más las que el mundo del Carnaval ha tenido que soportar a lo largo del año. Una de ellas, la de Besu, hermano de Rosado y que lo acompañaba en sus chirigotas.
En mayo, otro carnavalero se nos fue, Pepe Martínez Prats, padre de Antonio Martínez Ares, a sus 87 años de edad. Este coplero formó parte del grupo de Paco Alba, al que admiraba por su sencillez y forma de hacer Carnaval. Se estrenó en Los senadores romanos, pero siguió junto a Paco Alba mucho tiempo.
Más tarde se hizo fiel admirador y seguidor de su hijo. De hecho, era uno más en cada ensayo. Pepe fue el máximo responsable de que, hoy día, tengamos a otro gran autor, su hijo, que nos brinda cada año sus coplas y que sigue ampliando la historia del Carnaval gaditano.
El 2021 se dedicó a robarnos históricos del Carnaval. Antonio Cantos Osorio, conocido popularmente como el Caracol falleció a los 63 años y de manera inesperada. Una infección le llevó a la UCI y el Carnaval tuvo que despedirse de una de las voces más características de la fiesta.
Quizás haya sido el mejor contralto del Carnaval. Su timbre era inconfundible y no se agotó pese a ir cumpliendo años, algo que era digno de admiración. En su carrera carnavalesca dejó el listón muy alto acumulando 12 primeros premios, que se dice rápido, pero que no es nada fácil. Eso sí, se rodeó de los mejores. Antonio Cantos salió en comparsas históricas de Antonio Martín como Entre rejas, Soplos de vida, A fuego vivo, Los buscavidas, Encajebolillos, La mar de coplas, Los principiantes. También salió con Quiñones en Los vikingos, La caldera, La atlántida o La pensadora gaditana.
Él nos dejó, pero su voz se quedó con nosotros, ya que será siempre reconocible pasen los años que pasen, porque el Caracol tenía su sello propio.
Si ya fue duro asumir la despedida de Antonio, tan solo un día después la vida golpeó nuevamente al Carnaval y a Cádiz. Rocío Hermida, bandurria del coro de Los Niños, falleció con tan solo 35 años. Una larga enfermedad nos la arrebató, pero dejó muchas lecciones de vida y, sobre todo, de lucha.
Guerrera hasta el último segundo y siempre acompañada de su hermana gemela Cristina. Ambas formaban parte de la orquesta del coro de Nandi Migueles. Participó en grandes coros como Los africanos, El coro del futuro, Las reinas del Pópulo, Allegro molto vivace, Los cuatro reinos, Los sudamericanos, Coroterapia, El diablo se viste de coro, Ópera Cádiz y Creaciones S.A.
Rocío nos dejó un gran vacío, pero su sonrisa, esa que la caracterizaba y nunca perdía, siempre quedará con nosotros.
En octubre llegó otro duro golpe, Paco Sibón, integrante de la chirogita del Selu. Con 53 años, y tras un percance, falleció. Toda una vida dedicada al Carnaval y que le brindó el Antifaz de Oro en 2018. Su andadura en la fiesta comenzó con Los ordeñadores personales, del ‘Yuyu’, pero etuvo con El Selu desde Los sanmolontropos verdes.
Paco será eterno, como lo serán los tipos que ha defendido: lacio, maruja, enterao, borracho... Otro de los carnavaleros que ha fallecido este año ha sido Jesús Adolfo Couso Fernández, el Fito de Cai, víctima del Covid. Amigo de Antonio Martín, participó en la comparsa Ángeles y Demonios. Era todo un artista, y eso le llevó a colaborar con las más grandes, Rocío Jurado y Lola Flores.
Todos nos han dejado en un año negro, pero sus legados en el Carnaval y en la vida los mantendrán siempre vivos.