El Centro de Exposiciones y Congresos de San Fernando acoge hasta el día 11 de febrero la muestra de fotografía 6.000 kilómetros entre dos culturas, que recoge las imágenes captadas en Nueva York y Marruecos por los fotógrafos de Puerto Real Antonio Alcázar Ojeda (Analog) y Adolfo Etchemendi Rivero (Fito Mendi).
En la muestra, estos fotógrafos del Club Fotográfico-76 Juan Rivera han unificado sus proyectos para presentarlos bajo un mismo techo y una mirada común: un ejercicio estético y documental de la movilidad desde la antítesis sociológica de la Norteamérica próspera y el Magreb rifeño empobrecido.
Los artistas apuntan que la vida estáasociada al movimiento y además en la mayoría de los casos es una característica de ella misma. El movimiento y la vida se relacionan desde tiempos inmemoriales.
Para un fotógrafo que pretenda capturar la vida de la calle, percibir la movilidad de la ciudadanía en su propio ambiente es algo obvio. Incluso cuando sus personajes se encuentran inmóviles en su tránsito callejero, la idea de movimiento siempre está presente.
La idea se hace más compleja, y más hermosa, cuando también es el propio fotógrafo quien se encuentra en movimiento, tal vez muy alejado de su propio hábitat natural que bien conoce. Y así surge un nuevo sentido de la fotografía, o un nuevo perfil de fotógrafo: el fotógrafo viajero y la fotografía de viajes.
Este es el leivmotiv de esta exposición,que supone una mirada consciente y atrevida de dos fotógrafos que pretenden enseñar lo que ocurre en dos lugares alejados entre sí, no solo por los seis mil kilómetros que los separan, sino por su posición estratégica en el eje norte-sur y consiguiente desequilibrio económico y sociocultural. Así, conjugan la ecuación donde el espacio y el tiempo se relacionan para estos dos pueblos porque esta mirada es tan objetiva como el ojo de la cámara y tan simultánea que está sucediendo a la misma vez en uno y otro territorio.
Antonio, desde su asiento número 13 de un viejo autobús de pasajeros, va transitando las tortuosas carreteras y angostos caminos del norte de Marruecos y a lo largo de cientos de kilómetros va registrando escenas únicas de viandantes en un paisaje árido y conmovedor. Fito, a seis mil kilómetros de distancia, se interna por las estaciones y galerías artificialmente iluminadas del Metro de Nueva York. Y durante diez días va tomando cientos de fotos del constante trasiego de miles de personas que diariamente se desplazan por el subsuelo de la ciudad.
Dos exposiciones, dos autores, dos amigos, dos países, dos culturas, dos miradas distintas de desarrollar un proyecto fotográfico común.