Hace justo hoy un mes, el 15 de febrero, el mar se tragó al "Villa de Pitanxo", un arrastrero gallego de 50 metros de eslora que pescaba fletán en Canadá. De 24 marineros enrolados, solamente tres sobrevivieron. Hay una investigación abierta para esclarecer las causas del naufragio y las versiones son opuestas.
¿Por qué se hundió este barco del Grupo Nores tan acostumbrado a faenar en zona NAFO? Las respuestas están en manos de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) y, aparte, el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno está estudiando si este tribunal es competente para dilucidar si hubo responsabilidad penal en una de las mayores tragedias marítimas de la navegación española.
El asunto ha recaído por reparto en el juzgado central de instrucción número 2, del que es titular el magistrado, y este ha dado traslado a la Fiscalía para que haga su pronunciamiento.
Un informe de la Guardia Civil, con testimonios contradictorios entre sí; por un lado los del capitán Juan Padín y su sobrino Eduardo Rial, y por otro el del ciudadano ghanés Samuel Kwesi, las únicas tres personas que pueden dar su versión de lo ocurrido en la madrugada de aquel día, es el germen.
La empresa armadora, en base a la certificación aportada por el patrón, explicó en su momento que el buque sufrió una repentina parada del motor principal durante una maniobra de virada que dejó al congelador sin propulsión ni gobierno y expuesto al viento y al oleaje.
Debido a este fallo en plena recogida del aparejo, sostienen los dueños y mantiene el testigo Padín, los golpes de mar escoraron y hundieron al pesquero en apenas minutos.
Samuel Kwesi, sin embargo, según fuentes de la investigación, afirmó en su exposición que los tripulantes habían pedido a gritos al patrón, a cuya casa lanzaron pintura roja esta semana, que arriara los cables, una actuación que, alega el trabajador africano, podría haber evitado el desenlace.
El caso está lleno de incógnitas.
Otra de las incertidumbres es si se retomará o no la búsqueda de los 12 desaparecidos, después de un rastreo que se mantuvo durante 36 horas.
Marina Mercante y Salvamento Marítimo siguen con las gestiones. Esto es lo que saben las familias.
El delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, ha indicado este martes que los principales interesados serán los primeros en tener noticias en cuanto haya algo que comunicar, y ha conminado, además, a avanzar en las pesquisas, algo que ve bien encauzado, porque los parientes y allegados de las víctimas se merecen saber.
María José de Pazo, hija del jefe de máquinas, Francisco, el más veterano y que forma parte de esa docena de no localizados, ha enviado a la prensa en esta significativa fecha un vídeo en el que anima a recuperar la exploración para tratar de dar con más cuerpos y llegar al pecio.
En la grabación recuerda que el 24 de febrero solicitaron por última vez, en la sede de la Subdelegación en Pontevedra, que se pusiesen los medios adecuados para tratar de averiguar si había cadáveres en el interior de "Villa de Pitanxo" y para "inspeccionar" lo que se pueda y que las certezas ganen terreno a las dudas.
"Ninguna noticia" por ahora, ha lamentado, por lo que ha vuelto a poner voz a este llamamiento y ha reclamado conocer qué gestiones se están barajando y en qué espacio temporal.
Intentar un barrido y los progresos por la vía judicial son claves, concluye la hija de Francisco, "para prevenir que estas tragedias tan graves pasen".
El próximo viernes, el templo nuevo de Marín, sede de Pesquerías Nores, acogerá un funeral colectivo para rendir homenaje a los que se fueron en el gran banco de Terranova.
