“Sabemos más acerca de la superficie de Marte que sobre los fondos marinos”, sostienen algunos expertos, que desde ayer y hasta mañana se dan cita en el seminario Los fondos marinos: la nueva frontera, que analiza los retos de la comunidad internacional sobre la explotación y exploración de los recursos.
El área de los fondos oceánicos fuera de la jurisdicción de los estados costeros, denominada “la zona”, abarca 260 millones de kilómetros cuadrados, una cifra tres veces superior a la suma de las jurisdicciones marinas de todos los países del mundo.
“La zona” apenas ha sido explorada y los recursos minerales de ésta están considerados como “patrimonio común de la humanidad” por la convención de Naciones Unidas sobre el derecho del mar.
Se han descubierto varios tipos de fondos marinos susceptibles de ser explotados a efectos de extracción de minerales, entre ellos los nódulos de manganeso, las chimeneas de sulfuros masivos y las costras ricas en cobalto, y en todos el porcentaje de concentración de oro, plata y platino son entre dos y tres veces superior a la concentración en las extracciones de tierra firme.
La extracción de estos elementos puede resultar “muy provechosa” desde el punto de vista económico, según los expertos, que, si bien reconocen que la minería marina no está muy desarrollada, sostienen que conocer el potencial de recursos disponibles resulta clave para valorar la viabilidad económica en el desarrollo de nuevas tecnologías.
Sobre la explotación de los yacimientos de nódulos polimetálicos o de manganeso existe una normativa y son ocho los países que tienen licencia para explotarlos: Francia, Japón, Corea, China, Alemania, India, Rusia y Polonia.
Todos aquellos que quieran explotar dichos fondos tienen que pagar unas determinadas tasas por licencias y actividades, y el ingreso por dichas actividades se reinvierte, entre otros, en países en vías de desarrollo y en los que no tienen recursos marinos.
España no tiene licencia para esta explotación, ha detallado el embajador en Jamaica, Jesús Silva, quien ha opinado que España, aún siendo una potencia históricamente marítima, está un “poco rezagada”, aunque “aún a tiempo de estar en primera fila”.