El nivel sociocultural del paciente y su familia o la falta de recursos materiales y humanos son factores limitantes de la labor que realizan las enfermeras de atención domiciliaria, profesionales que en los últimos años se han convertido en referentes en el cuidado de pacientes vulnerables.
Así se desprende de un estudio realizado por investigadores de distintas universidades, entre ellos las Universidades de Huelva y Almería, y de profesionales sanitarios de diferentes centros del Servicio Andaluz de Salud (SAS).
El objetivo del estudio, publicado en la revista Healthcare y consultado por EFE, era explorar las experiencias y perspectivas de las enfermeras de atención domiciliaria sobre el cuidado de pacientes vulnerables en España.
Para ello, realizaron entrevistas en profundidad semiestructuradas a 15 enfermeras de atención domiciliaria que trabajan con población vulnerable, de las que, tras su análisis, surgieron varias cuestiones como las barreras para brindar atención domiciliaria a poblaciones vulnerables y el coste emocional de la atención domiciliaria.
Los hallazgos del estudio muestran, según los investigadores, que las enfermeras se enfrentan a una serie de dificultades en el cuidado domiciliario de pacientes vulnerables y a factores que limitan la participación de estas profesionales en dicho cuidado.
Por ejemplo, el nivel sociocultural del paciente y su familia, la ausencia de una red de apoyo familiar y social y la existencia de conflictos familiares complican la atención domiciliaria; asimismo, han constatado que el cuidado domiciliario de una persona vulnerable requiere de más recursos materiales y humanos.
Los investigadores precisan, además, que sus hallazgos enfatizan la necesidad de programas de atención domiciliaria adaptados a pacientes vulnerables.
Respecto al coste emocional de la atención domiciliaria, el estudio revela que el cuidado domiciliario es agotador física y emocionalmente para los cuidadores, pero la inmersión total en el rol del cuidador dificulta el cuidado de enfermería para el cuidador; además, las dificultades para resolver las necesidades de los pacientes vulnerables provocan sentimientos negativos en las enfermeras de atención domiciliaria.
Por último, señalan que todos los resultados obtenidos evidencian que la formación de estas profesionales en determinadas competencias y habilidades por parte de los servicios sociosanitarios mejoraría la calidad de la atención que se ofrece a estos pacientes.
