La concejala de la eterna sonrisa, así se le conoce a María José Batista. Entre sus cualidades, según sus propios compañeros, destaca la empatía. El hecho de estar durante un mandato en la oposición tendiendo la mano y evitando discusiones “innecesarias” hizo que se ganase a toda la Corporación municipal, a la que asegura “llevar en su corazón”. Pero María José Batista, que tras dejar la formación naranja y entregar su acta de concejala y tomar ahora el relevo de José Alberto Cruz como delegada de Educación y de Mª Ángeles Martínez con la Delegación de la Tercera Edad, asegura “haber sufrido en la política, pero tener una vocación de servicio innata”.
¿Cómo llegaste a la política municipal?
–Empecé en 2017. Me enamoré del proyecto de Albert Rivera, estuve en Ciudadanos porque vi que podía hacer algo. Yo tengo mucha vocación de servicio, y pensé que era una manera de poder hacer más cosas. Jamás pensé que acabaría de número dos en una lista, y mira ahora, me veo muy feliz y contenta.
¿Le afectaron mucho las críticas tras su salida de Ciudadanos?
–Nunca quise dar declaraciones cuando me fui, solo José María Román y yo conocemos todos los detalles. Mi partido estaba mirando a una zona donde ya no me sentía cómoda, eso ligado a una serie de hechos hizo que decidiera irme y, claro, entregué mi acta de concejal. Me dicen tránsfuga y que he traicionado, pero están muy equivocados, para mí es muy importante decir la verdad, aunque pierda, y no vender humo, son mis dos máximas en la política. Yo me puse mi chubasquero porque tenía y tengo la conciencia muy tranquila. Dormir por las noches es lo mejor, y el que no la tiene no duerme, no descansa. Que digan lo que quieran, yo me encargo de desmentir y explicar lo que quieran a las personas en privado. No fue un paso fácil de dar además, a seis meses de las elecciones, por eso pensé que no tenía que sufrir tanto.
¿Se sufre en política?
–Al principio sufrí mucho, entré con el pelo negro y ya tengo canas, terminaré con el pelo blanco. En la política se sufre porque hay tantas cosas que hacer que muchas veces por la burocracia y por administraciones de distintos colores no se pueden llevar a cabo. En mi primer Pleno municipal salí pensando que nunca iba a volver, porque solo escuchaba insultos y esto no lo llevo bien, hay que llegar a acuerdos e intentar ayudarnos unos a los otros. Creo en la riqueza de sumar, en conseguir las pequeñas cosas. Me gusta atender a los ciudadanos, escucharles y hablarles con claridad, y cuando algo no se puede conseguir, ir con la verdad por delante. Me he emocionado mucho esta semana, por ejemplo, con la entrega de las 55 viviendas, empezar así un mandato es de matrícula de honor.
¿Cómo veía la política antes de estar en ella?
–Pues cuando veía la tele, lo primero que piensas es que no hacen nada, pero la empatía en mi vida siempre ha ido por delante, por eso pensaba que lo que hacían no debía ser fácil. Te tienes que poner en el lugar del otro, y eso hacía yo.
¿Cómo entiende la oposición?
–Desde el entendimiento. Es como un matrimonio, hay cosas en las que no estarás de acuerdo, por ello hay que negociar. Con José María siempre me he entendido, por eso estoy aquí. El Siempre Chiclana lo voy a llevar en mi corazón, José María es una bellísima persona, que ama Chiclana y es muy inteligente. Creo que, durante mis años en oposición, tendimos puentes, la gente entiende la oposición como una forma de controlar y discrepar con el Gobierno local, yo lo veo como una forma más de ayudar, porque los vecinos así lo deciden.
Ahora afronta Educación y Tercera Edad.
–José María Román sabe que no soy de delegación de oficina, me aburre estar sola, he trabajado durante 30 años en mi clínica y siempre me guardaba con cada paciente diez minutos para poder charlar con ellos. Me encanta hablar con la gente, y José María me dio la alegría de poder llevar las delegaciones de Educación y Tercera Edad. La primera me encanta porque durante la oposición fue uno de mis principales temas, José Alberto Cruz me ha puesto el listón muy alto, todos los directores me han hablado genial de él, al igual que con Mª Ángeles. Cuando me dieron la Tercera Edad, lloré porque en mi vida las personas mayores ocupan un lugar muy importante, ellos han dado la vida por nosotros, y ahora nosotros se la tenemos que dar a ellos, tenemos que luchar contra la soledad que sufren muchos de ellos. José María ha escogido cada delegación para que disfrutemos con lo que hacemos.
¿Cómo se imagina Chiclana en un futuro?
–Me la imagino igual de maravillosa. La realidad es que Chiclana avanza, y ha avanzado mucho durante este último mandato, en el que el Gobierno local ha conseguido una ciudad más amable, inclusiva y accesible. Se puede mejorar porque todo es mejorable, pero Chiclana es un paraíso
