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“Yo pondría a la salud mental como una prioridad urgente”

Mariela Checa es la decana del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental (COPA) y nos ofrece en esta entrevista muchas claves sobre salud mental

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  • En los estudios de 7TV Andalucía en Málaga. -
  • Ve como "un ejercicio muy positivo que nos paremos, que miremos un poquito, que veamos cómo nos sentimos, qué necesitamos y qué tenemos"
  • Muestra su preocupación sobe qué está llevando a los jóvenes a ese malestar que les hace ver el suicidio como una salida

La decana del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental tiene un enorme currículum que da cuenta de su profesionalidad y de su trayectoria, también mucha faena: Málaga, Granada, Jaén y Almería, las cuatro provincias que abarca la labor cómo decana de Mariela Checa y que atiende con mucha carretera y con muchos kilómetros, aunque también, gracias gracias a las nuevas tecnologías, con comunicación online. En esta entrevista emitida en el espacio 7 Actualidad de 7 TV Andalucía en Málaga nos da muchas claves.

De cara a los colegiados, ¿cuál es el trabajo diario de la entidad?

Nosotros como colegio profesional una de las funciones más importantes es defender los derechos de los colegiados a nivel institucional, de su trabajo o profesión diaria y por supuesto ofrecerles ese apoyo ya asesoramiento que todos los colegiados necesitan día a día.  Y por supuesto, un objetivo fundamental que nos une a todos los colegiados que es trabajar por y para la psicología, que tenga la visibilidad que realmente se merece.

Estamos en un momento actualmente donde la salud mental empieza a tener esa importancia o se entiende esa necesidad de atenderla, decía la OMS (Organización Mundial de la Salud) en su propia definición de salud que la salud es un conjunto y no hay salud física si no hay una adecuada salud mental, por lo tanto, la salud hemos de entenderla como algo integral, y nosotros nos ocupamos de esta parte, de la salud mental.

A la sociedad, a la gente, ¿qué es lo que le ofrece el Colegio?

Nosotros tenemos también esa responsabilidad paralela con la sociedad, esa obligación de tender la mano a las administraciones, por supuesto, para poder ofrecer ese asesoramiento experto y adecuado y profesional sobre salud mental, para poder llegar donde las administraciones no llegan a los ciudadanos; evidentemente, tenemos también la función de informar y formar en materia de salud mental a todas las personas que trabajen por supuesto con nosotros y que luego van a estar cerca del ciudadano ofreciéndoles sus intervenciones, su trabajo y su labor, por tanto,  tenemos esa responsabilidad también muy importante con toda la sociedad.

¿Por qué se ha llegado tan tarde al reconocimiento de la importancia de la salud mental?

Porque yo creo que a veces, de lo que no se conoce, lo que como se oculta, le tiene cierto miedo, ha estado siempre vinculado a patologías graves, problemas como trastornos cronificados, y sin embargo no ha entendido la salud mental como un bienestar emocional y psicológico adecuado, esa ha sido un poco la dificultad que hemos tenido, afortunadamente, y gracias también a las nuevas generaciones que van entendiendo un poquito más la importancia de sus emociones, de cómo trasladarlas, de cómo expresarlas y estar también pendiente de las emociones de los demás.es que la salud mental empieza a tener esa visibilidad y esa atención por parte de la población.

No sé si le pondría un titular a la salud mental de las malagueñas y malagueños y cuál sería

Yo pondría a la salud mental como una prioridad urgente, ¿no?, necesitamos seguir; hemos empezado a romper barreras, hemos empezado a poder hablar de cosas que antes no se hablaba, se habla de suicidio, un tema que ha sido tabú y  u secreto durante muchísimos años, a todos los niveles, informativo, de estadística, de conocimiento de estadística, a nivel privado, a todos los niveles, yo creo que eso ya es un avance muy importante, que empecemos a hablar, porque si no hablamos no podremos buscar soluciones ni alternativas.  

Sí, porque parece que las cifras de suicidios se han disparado y parece que hemos entrado en darle la vuelta a las cosas, que no sea algo más que oculta, como antes.

Las cifras llevan disparándose mucho tiempo, no nos engañemos, ahora es que empezamos a conocerlas y a tener otra perspectiva, otra mirada hacia ese tipo de problemática, pero las cifras de suicidios son alarmantes actualmente en España, los últimos datos del Instituto de Estadística cifran en cuatro 4.027 personas que se suicidaron el año pasado, supera los accidentes de tráfico, supera las mujeres muertas por violencia de género, supera cualquier estadística, creo que es un problema lo suficientemente importante y relevante como para que hablemos de él.

¿Por qué ha ocurrido así y por qué y cómo hay que cambiar ahora?

Hay que cambiar y efectivamente hay que también, saber cómo cambiar. Si bien decimos que se ha roto esa barrera y que hay que hablar de este tipo de problema, también es cierto que hay que hablar desde una profesionalidad y desde una evidencia, y sobre todo, con un objetivo, ayudar a las personas que están en esta situación, a los familiares que puedan identificar a alguien que esté en esta situación y siempre ofreciendo ese servicio, no con otros fines no con otro objetivo que el de ayudar a esas personas que se encuentran en esa situación.

¿Ha contribuido en ese cambio de perspectiva que veamos las cifras de suicidios en jóvenes y en adolescentes?

Obviamente, los datos, aunque seguimos teniendo ese perfil característico de la persona que se suicida, han aumentado los intentos de suicidio y algunos suicidios de jóvenes, pero sobre todo nos preocupa a los profesionales qué está llevando a los jóvenes a este malestar, qué está haciendo que los jóvenes realmente tengan esas sensaciones o piensen realmente que esto puede ser una salida, y ahí es donde nosotros, los profesionales de la piscología creo que tenemos que hacer una labor muy importante de prevención desde edades muy tempranas donde tenemos que colaborar y ayudar a través de todas las herramientas terapéuticas y psicológicas que tenemos para que nuestros jóvenes estén emocionalmente estables.

Tras la entrevista.

¿Cuáles son las necesidades prioritarias de la ciudadanía de a pie en estas cuestiones?

Creo que lo que la ciudadanía requiere, o lo que nosotros escuchamos en la calle, lo que nos demandad, es que la salud mental, la atención psicológica sea un derecho a cubrir por la sanidad pública. Es una reivindicación que nosotros llevamos un tiempo haciendo y como es característico de mi colegio y de la forma de entender nuestra labor en el colegio, lo hacemos siempre tendiéndole la mano a la administración; nos pusimos en contacto directo cuando empezamos nuestra legislatura con al Consejería de Salud para ofrecerles el asesoramiento técnico, profesional jurídico que necesitaran para valorar la opción de tener más psicólogos y psicólogas en la platilla del Servicio Andaluz de Salud, y en eso llevamos un tiempo trabajando porque realmente, las demandas de la población son esas. A día de hoy si solicitas la atención psicológica o pides cita para  que te atiendan a nivel psicológico en el SAS vas a esperar una media de cuatro meses y probablemente hay situaciones que merecen  una atención mucho más rápida.  

Además, vemos a diario, que se va comprendiendo la necesidad de acudir a terapias sin esconderse, que nos e va, como se decía antes, porque está loco, sino que tiene esa parte positiva que se necesita, con gente influyente que reconoce que va a terapia, lo que ayuda a que se reconozca y se acuda pero si no se da respuesta desde lo público, tenemos un problema

Tenemos un problema porque entonces la salud mental no es un derecho, y debería ser un derecho y estar de la mano de las administraciones que le corresponde. La salud mental no puede ser un privilegio de solamente aquellas personas que se lo pueden costear. 

Cada vez se acude más a terapia, pero queda gente reacia, ¿Cómo se le puede convencer de que es tan natural como cuando te sale un quiste y vas al médico?

Ciertamente hoy día se ha perdido esa visión negativa de ir a terapia, pero para aquellas personas que aun tengan algún tipo de reticencia, yo creo que es importante que entiendan que todos no podemos saber de todo, y hay veces, que hay un malestar que no se sabe muy bien de dónde viene; esta es una demanda muy común de algunos pacientes que acuden a consulta, se siente un malestar interno, una incomodidad interna que no saben muy bien de dónde viene, y uno no tiene siempre las herramientas para todo, yo, si se me rompe el coche, te puedo asegurar que no tengo ni idea de cómo solucionarlo, para eso están los mecánicos que son los profesionales en la materia, pues nosotros, los psicólogos y psicólogas somos profesionales para detectar, ver realmente cuál es ese malestar, dar herramientas, ofrecerlas a a las personas para que ellos mismos puedan resolver esas dificultades. Ir a terapia es para cualquiera que realmente quiera solucionar sus problemas.

El primer paso es reconocerlo.    

Claro, identificar lo qué nos pasa es el primer paso, para eso es muy importante informar a la población, que tengan información directa de ciertos indicadores que te van a  ayudar a entender que lo que te está pasando tiene una posible solución. Hay muchas personas que están mucho tiempo mal y no saben lo que les pasa porque piensan que o no identifican o no saben que eso tiene solución, pues que tengan la posibilidad de informarse y saber que hay profesionales que les pueden ayudar en ese sentido es muy positivo.

Es positiva o negativa la proliferación de anuncios de remedios o medicamentos, como magnesio u otros que dicen que te vas a sentir mejor.

No quería yo contrariar a las farmacéuticas en ningún sentido, pero ciertamente, y tenemos datos sobre eso, España es la población europea donde más psicofármacos se utilizan, y también donde más nos automedicamos, esto es para hacérnoslo mirar, a veces, cuando está indicado y hay patologías que necesitan esa medicación, por supuesto, pero en otras muchas, evidentemente no tiene porque ser así, a lo mejor hay un abordaje terapéutico de un trabajo más emocional, más psicológico con la persona dónde no necesariamente tenemos que tirar de psicofármacos, y efectivamente, creo que en muchas ocasiones se hace un uso indebido de ellos.     

La pandemia también ha afectado a la salud mental, ¿lo hemos superado ya?

Lo decíamos mucho los profesionales de la salud durante la pandemia: cuando pase esto, vamos a tener una pandemia de salud mental, vamos a tener las consecuencias psicológicas, porque al final, cuando uno se siente  amenazado con un peligro tan claro y evidente como era el Covid, uno no piensa en otras consecuencias más emocionales o más psicológicas, pero cuando esto ya pasa, ya parece que intentamos volver a cierta normalidad, aparecen, como cuando bajan un poquito las defensas, los resultados de haber estado sometidos a ese estrés, un poquito es lo que vemos que está pasando en estos años después de la pandemia, y es que estamos viendo sintomatología que ha estado un poco sumergida durante este tiempo porque ha habido seguramente otras importancias, y ahora empiezan a emerger o llevan un año en proceso de emerger, y sí que estamos viendo todavía mucha sintomatología psicológica y emocional consecuencia del Covid.

¿Cómo nos enfrentamos a ello?

Evidentemente, de la mano de profesionales. Creo que todo el que haya pasado, fíjate, durante el Covid hemos vivido situaciones de amenaza física, de enfermedad, pero también, de amenaza emocional, pérdida de seres queridos sin poder despedirte, enfermedades de personas cercanas, aislamiento, en los jóvenes, fíjate, aislamiento, soledad no deseada de nuestros mayores, muchas situaciones traumáticas, que si antes las valorábamos en prepandemia como situaciones estresantes a las que las personas se enfrentan de forma individual, imagínate cuando te encuentras con todas esas de forma conjunta, eso tiene sus consecuencias y la estamos viendo.

Hemos hablado de emociones y hay una que preocupa, y es el aumento de la crispación y el odio en la sociedad. No sé como lo ven y qué camino se puede seguir.

 Creo que estamos en una sociedad, pero llevamos un tiempo, si me permites la reflexión, donde banalizamos la violencia; quizás estamos sometidos a situaciones de violencia en dosis pequeñas, cotidianas, que nos hacen normalizar ese tipo de violencia, y lo estamos viendo en los medios de comunicación, en las noticias diarias y lo vemos hasta en nuestros políticos, esas situaciones de crispación y algún tipo de violencia, y no me refiero a violencia física o de los escalones más altos de violencia, entendemos por violencia los insultos, violencia económica, violencia moral, violencia psicológica, violencia sexual, fíjate como de alguna forma parece que se ha normalizado. Hay algunos expertos que piensan que las redes sociales tienen una gran responsabilidad, y yo creo que tendrán su parte de responsabilidad, pero creo luego todos aportamos nuestro granito de arena a que esas conductas y esas actitudes se puedan mantener.

Quería también hablar de esa tarea tan importante que hacen ustedes cuando llegan casos de tragedias o sucesos, ¿cómo se afronta estar al pie del cañón en esos momentos como hacen ustedes?

Nosotros tenemos además en el Colegio un excelente grupo de intervención en emergencias, es un grupo de compañeras y compañeros profesionales especializados en esa materia: el Colegio tiene muchas áreas, pero es verdad que este grupo tiene mucho bagaje y mucha experiencia detrás, un grupo que además con el cual conveníamos con el 112 de la Junta de Andalucía para poder estar en aquellas situaciones de crisis o catástrofes, y efectivamente, fíjate no solo en las personas que estás sufriendo esa situación y familiares que pueden vivirlo, pero también en los propios profesionales, hablábamos hace poco con compañeras y compañeros con los que trabajamos de forma multidisciplinar: sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad, como les toca a ellos también el trabajar con esas situaciones y como después se lo llevan a casa y les afectan estas situaciones tan difíciles.    

En muchos casos, ¿necesitamos solo que nos escuchen ya sea un profesional o alguien que no lo sea?

Sin duda hoy día sí, mucho; vamos en una sociedad cada vez más rápida y cada día más individualista, estamos cada vez más centrados en uno mismo, en lo que tengo que hacer yo, en lo que me corresponde a mí, en lo que tiene que ver conmigo y cada vez menso en lo que le va a afectar al otro, en lo que implica al otro y lo que el otro necesita; nos estamos convirtiendo en una sociedad muy egocéntrica y esto hace que disminuyamos las miradas de la solidaridad y del apoyo al otro, ¿no? En comunidad. Recuerdo cuando era pequeña esa relación con los vecinos casi de hermandad, tu vecino te podía siempre ayudar y podía estar ahí, podías quedarte en casa de tu vecino si tu madre llegaba tarde, y hoy días esas situaciones cada vez las vemos más lejanas, porque creo estamos en una sociedad muy, muy individualista, y es muy necesario que nos escuchen, y expresar, porque muchas veces, cuando expreso suelto también muchas de las emociones que en otros momentos contengo, entonces, muchas personas necesitan ser escuchadas.  

¿Qué puede hacer cada uno para estar mejor? ¿Cuál es nuestra tarea?

Yo creo, esto es casi terapéutico, que es muy importante pararnos todos los días, quince, diez minutos con nosotros y hacer un balance no del día, de lo que he hecho o no o lo que tengo que hacer, sino de cómo me siento, cómo me encuentro, qué necesito, qué tengo; se no ha olvidado también mucho esto de qué tengo; estamos también en una etapa muy inconformista, nuestros jóvenes y niños y niñas son muy de la inmediatez y eso requiere que nos paremos que miremos un poquito que veamos cómo nos sentimos, qué necesitamos y qué tenemos. Y esto creo que es un ejercicio muy positivo para decir, oye pues no está tan mal, y nos irá ayudando a canalizar y a ver, realmente, si tengo algo que me está inquietando y cómo le puedo poner solución, y si tengo algo que me inquieta más de la cuenta, que me preocupa más de la cuenta, que noto que me limita en mi día a día, buscar ayuda profesional psicológica para poner remedio.       

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