El presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, acompañado por las ministras de Defensa y de Cultura, Carme Chacón y Ángeles González-Sinde, respectivamente, colocó la Medalla sobre la bandera de la Comunidad que cubre el féretro de Labordeta en la capilla ardiente instalada en las Cortes de Aragón.
Tras la imposición, los familiares del cantautor y las autoridades guardaron un minuto de silencio, roto por la voz de Labordeta en su canción Ya ves.
Chacón, que no pudo contener las lágrimas al dar su pésame a la viuda e hijas, dijo que Labordeta nunca quiso dar una lección a nadie pero “al final su vida ha sido una lección, y lo ha sido incluso hasta el último día”, de coraje, valentía, honradez y decencia.
González-Sinde apuntó que “para el mundo de la cultura hoy es un día triste porque hay pocas personas que sean tan versátiles” y remarcó de Labordeta su capacidad generosa de “repartir la sabiduría”, porque la cultura no era para él solo, sino algo para compartir.
Iglesias destacó el “duelo” que supone la pérdida de Labordeta, un gran aragonés que fue fundamentalmente “libre” y como tal “es un aragonés de todos”.
La capilla ardiente con el féretro de Labordeta se reabrió a las 9.00 horas de ayer, y por ella pasaron miles de ciudadanos, anónimos o conocidos, con la intención de dar su último adiós a Labordeta, fallecido en Zaragoza la madrugada del pasado domingo después de una larga y penosa enfermedad.
Al cariño de los miles de ciudadanos anónimos que acudieron al Palacio de la Aljafería, más de 30.000 entre el sábado y ayer, se une el de decenas de cantantes, políticos, representantes institucionales y artistas, que han viajado a la capital aragonesa para dar el último adiós al poeta.
Entre ellos su gran amigo Joan Manuel Serrat o su alumno en Teruel Manuel Pizarro, pero también Gaspar Llamazares, Joan Tardá, José Luis Borau, Caco Senante, Joan Saura, Diego López Garrido, Amado Franco o Leyre Pajín.
Visiblemente emocionadas, las hijas de José Antonio Labordeta, Ana, Ángela y Paula, agradecieron el trato recibido por todas las instituciones en estos momentos y a todos los ciudadanos anónimos que soportaron largas colas para rendir su particular homenaje y para firmar en los libros de honor.
En una breve comparecencia ante los medios de comunicación en el Palacio de la Aljafería, Ana, en nombre de la familia, dio las gracias a todas las instituciones “por lo bien que se han portado”.
También dio las gracias a los medios de comunicación por el respeto y cariño con el que han tratado siempre a su padre, “hoy y siempre”, y a todos los ciudadanos anónimos que han acudido a la capilla ardiente de manera anónima a rendirle honor.
