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La malagueña De Valdés hace historia con su plata mundialista en aguas abiertas

La nadadora de Fuengirola izo historia al colgarse la medalla de plata en la prueba de los 10 kilómetros de aguas abiertas del Mundial de Doha

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  • La sonrisa de una ganadora. -
  • Este segundo puesto le da el derecho a competir en los Juegos Olípicos de París, donde también estará Ángela Martínez, que fue decimotercera

La española María de Valdés (Fuengirola, Málaga, 1998) hizo historia al colgarse la medalla de plata en la prueba de los 10 kilómetros de aguas abiertas del Mundial de Doha, una prueba en la que el oro fue para neerlandesa Sharon van Rouewendaal y otra española, Ángela Martínez, fue decimotercera y también se clasificó para los Juegos de París.
Ha sido una carrera muy complicada, por la marea y las corrientes. He sabido llevarlo lo mejor posible y al final he intentado estar codo a codo con las mejores en cada vuelta, consiguiendo que nadie se escapara. Era la oportunidad que tenía y no la he dejado escapar
Fue un rotundo éxito de la natación española, que perseguía estas dos plazas, pero que mejoró todas las expectactivas posibles con la plata de la malagueña María de Valdés, después de firmar un carrera pletórica.

A la fuengiroleña la batieron en la 'foto finish' y lo hizo van Rouewendaal, una nadadora que es campeona olímpica (Río 2016) y Mundial (Budapest 2022) y que le ganó, seguramente, por experiencia.

La carrera de María de Valdés parecía dibujada. Salió con la idea de estar en cabeza y luchar con las mejores. La duda era sí podía aguantar, pero después de la preparación en altura y de un año difícil, todo salió a la perfección.

La malagueña venía de un año complicado. La muerte de su padre, hace tres meses, la espina clavada de su no clasificación para los Juegos de Tokio y una operación médica eran tres inconvenientes mentales que ha solventado de la mejor manera.

"Estoy que no me lo creo", dijo aún temblando a EFE nada más concluir la prueba. Todo salió cómo lo tenía previsto. Se pegó de salida a la estadounidense Katie Grimes, bronce en el pasado Mundial, y nunca dejó la cabeza.

Siempre se situó entre las plazas delanteras, con Grimes, van Rowendaaal, la italiana Tadeucci y la brasileña Junglut. Poco a poco se fueron añadiendo más nadadoras, como la portuguesa Mafalda Rosa, la japonesa Ebina, la sudafricana Lotter y especialmente la monegasca Lisa Pou.

Sin noticias de Leonie Beck, la campeona mundial, De Valdés fue a lo suyo. Pasaba las boyas con solvencia, se le veía disfrutar en el agua, controlando la situación y nunca dejando las posiciones delanteras.

Y es que el trabajo realizado dio sus frutos. Se acordó de su padre, de su familia, del equipo técnico, de todo el camino que ha recorrido para llegar hasta aquí, de cuando se quedó por poco fuera de los Juegos de Tokio y de esa operación que la dejó sin participar en el último Mundial.

"Ha sido una carrera muy complicada, por la marea y las corrientes. He sabido llevarlo lo mejor posible y al final he intentado estar codo a codo con las mejores en cada vuelta, consiguiendo que nadie se escapara. Era la oportunidad que tenía y no la he dejado escapar", insistió la malagueña a EFE.

De Valdés, con su medalla, ha hecho historia. Es la segunda de España en esta disciplina después de la conseguida en Sevilla 2008 por Yurema Requena, entonces fue un bronce.

"Subcampeona mundial y clasificada para los Juegos. Más no puedo pedir ahora, tengo que creérmelo, porque todavía estoy en una nube y es un sueño hecho realidad", dijo en declaraciones a EFE.

Había estudiado la carrera así y le salió bien. "Tenía que aguantar de principio a fin, lo tenía en la cabeza. Se jugaban trece plazas, quería estar siempre entre las diez primeras, porque sabía que si me descolgaba no iba a poder recuperar. Esa ha sido estrategia", indica.

Y así fue. No clasificarse para los pasados Juegos de Tokio fue la gasolina, los inconvenientes personales otras motivaciones extra. "He tenido que esperar bastante tiempo para sacarme esta espinita, pero al final lo he conseguido", dijo.

Después de la carrera se fundió en un abrazo con su compañera, Ángela Martínez, que también se clasificó para los Juegos al finalizar decimotercera.

"Me alegro mucho por Ángela (Martínez), que hemos estado juntas durante bastante tiempo. Era algo que merecíamos", afirmó María de Valdés sobre Ángela Martínez.

Su carrera fue otra. Salió conservando y fue remontando, al principio a la estela de la alemana Beck, moviéndose en torno al puesto vigésimo, pero a la hora de la verdad, tenía energías para ir hacia arriba y lo consiguió.

"Ha sido una carrera muy extraña porque todas han empezado muy rápido. Menos mal que se han ido desfondando y pensaba que podía conectar, como así ha sido. Estoy muy contenta porque he mantenido la mente fría y no me he rendido en ningún momento", dijo.

Para María y para Ángela, poder participar en unos Juegos es "un sueño", de hecho en esta disciplina no hay tantas españolas que lo han conseguido y nunca España ha tenido a dos representantes en esta competición olímpica.

Antes que ellas estuvieron Yurema Requena (Pekín 2008), Erika Villaécija (Londres 2012, Río 2016) y Paula Ruiz en Tokio. Este verano, habrá dos más nadando en las aguas del Sena. 

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