Zouhira Aouassar lleva residiendo 21 años en España, cuatro de ellos, casada con Curro López, presidente de la Asociación Lagunillas, tiene tres hijos, Nadir de 18 años, Hadi de 15 y Karam de 12 que ya cuentan con nacionalidad española, pero ella, lleva muchos años y dinero invertidos en conseguir que se le reconozca también la nacionalidad española.
Ante la falta de información sobre su expediente o sobre las razones de porqué no se le ha concedido aún, ha han presentado sendos escritos en la Subdelegación del Gobierno y en el Defensor del Pueblo para que se resuelva un caso que no comprenden porque se dilata en el tiempo.
Hasta el momento, solo trámites y más trámites. Y gastos y más gastos: 1.800 en abogado, un pellizco aquí por tasas, otro por certificados que les han solicitado, por la renovación del pasaporte marroquí, y así, aseguran desde hace cuatro años. Sin respuesta. Sin lógica ninguna.
Como se señala en los escritos dirigidos a las citadas instituciones, se encuentran ante una situación que les acarrea un coste económico, pero también emocional, y se recuerda Zouhira fue víctima de violencia de género más de 10 años de su anterior pareja.
Por ello, y ante una incertidumbre para la que no encuentran respuesta, sino solo silencio administrativo, se preguntan: “¿No hay humanidad en la administración española?”
Así, exigen “saber en qué estado se encuentra su petición de nacionalidad y qué falta para resolver” y no logran que se continúe con unos trámites que ya se resolvieron para los hijos: “¿Por qué sus hijos si son ya españoles de pleno derecho y ella no?”.
Ante esta situación, López, que vive siempre inmerso en mil batallas, pese a sus problemas de salud, ha puesto sobre la mesa la posibilidad de llevar a cabo una huelga de hambre o una marcha hasta Madrid, para que se les tenga en cuenta y para que ella pueda ser española de pleno derecho, más, asegura, “cuando hay un boxeador (en referencia al caso de Topuria) al que se la han dado en dos semanas”.
Y es que López, asegura a Viva Málaga, que no entiende que existan “ciudadanos de primera y de segunda”.