En un mensaje telefónico retransmitido simultáneamente por las tres cadenas de televisión libias, Gadafi ha vuelto a acusar a los contestatarios de ser “jóvenes locos y drogados, manipulados por los servicios extranjeros y que sirven a Al Qaeda y Bin Laden”.
Esta afirmación ha sido rápidamente desmentida por el ministro de Justicia dimisionario, Mustafá Abdeljalil, que ha declarado a la cadena de televisión quatarí Al Jazira, que los propósitos de Gadafi son “fantasiosos” y que “no existen ni Al Qaeda ni otras organizaciones terroristas” en el suelo libio.
“Salid a las calles, capturarlos y detener a sus jefes” ha recomendado a sus compatriotas el líder libio, y ha afirmado que su país “avanza hacia la guerra civil, la catástrofe”.
Sin aparecer físicamente como en el discurso del pasado martes, Gadafi, que decía dirigirse a los habitantes de la localidad de Zaouiya, ha vuelto a significar que no dimitirá ya que él no detenta el poder en Libia.
“No tengo un puesto oficial para dimitir, soy el jefe de la revolución. He cedido el poder en 1977 y ahora no tengo más que un poder moral. El poder está en las manos del pueblo y de sus comités y no soy responsable de las muertes y las destrucciones”, sostuvo Gadafi en su intervención que ha durado una quincena de minutos.
Entretanto, los sangrientos ataques contra los manifestantes prosiguen, mientras la rebelión se ha propagado al oeste y al sur del país donde nuevas ciudades han caído en las manos de los que se oponen al régimen de Trípoli.
En las primeras horas del día de ayer, una de las brigadas fieles al coronel Gadafi ha lanzado un ataque particularmente encarnizado con armas pesadas contra los rebeldes en la localidad de Zouiya, a unos cien kilómetros de la capital, con un balance de cien muertos y decenas de heridos.
El diario electrónico Quryna afirmaba ayer que el escuadrón que ha atacado esta ciudad bajo control rebelde desde hace tres días, procedía de la localidad vecina de Sebrata y que tras la agresión millares de habitantes encolerizados han invadido las calles.
“Las gentes de Zaouiya han conseguido armas y a partir de ahora se constituyen en un movimiento de liberación. Algunos combatientes se dirigen por carretera a Trípoli”, ha declarado a Al Jazira un testigo llamado Rabie Cheikh.
Otro batallón capitaneado por el propio hijo de Gadafi, ha perpetrado un asalto contra la localidad de Mesrata, el este de Trípoli, señala Quryna.
En este caso, según la misma fuentes, los rebeldes han opuesto una feroz resistencia, deteniendo el ataque y obligado a los agresores a huir fuera de la ciudad. Al sudeste de Libia, otra ciudad, El Koufra, ha sido puesta bajo el control de los rebeldes, explica el diario.
Estos han destruido todos los símbolos del régimen, particularmente han desmantelado las fuerzas de seguridad, según las fuentes.
El mismo escenario se ha repetido en Zouara, a 120 kilómetros de la capital, donde los “revolucionarios” han derrotado a los policías y los militares.
Y mientras las ciudades grandes y puequeñas libas caen como fichas de dominó entre las manos de los rebeldes, el movimiento de defección en el seno de las fuerzas armados se ha acelerado sensiblemente.
En Bengasi, el jefe de la policía, el general Ali Houweidi, que ha anunciado hoy su apoyo a los rebeldes, se ha visto acompañado por un gran número de oficiales de la base militar aérea de Binina y por numerosos dirigentes de los diferentes cuerpos de seguridad de todo el país.
Como un resumen de la situación en este momento en Libia, el ministro de Justicia dimisionario ha afirmado que a partir de ahora “las cosas se encuentran entre las manos del pueblo y Gadafi acabará por suicidarse como Hitler”.
FONDOS BLOQUEADOS
EL Gobierno suizo ordenó ayer el bloqueo de eventuales fondos que el dictador Muamar el Gadafi y su familia podrían tener en el sistema bancario helvético.
La decisión tiene efecto inmediato y tendrá una vigencia de tres años, indicó en un comunicado el Ministerio de Asuntos Exteriores del país helvético.
Precisó que con esta medida se evitará cualquier riesgo de desvío de fondos públicos libios que puedan encontrarse en territorio helvético.
Se trata del tercer bloqueo de fondos en Suiza en las últimas semanas en relación con dictadores del mundo árabe, tras similares medidas adoptadas tras la caída de Hosni Mubarak en Egipto y de Zine El-Abidine Ben Ali en Túnez.
En ambos casos el bloqueo de cuentas bancarias les afectó directamente, así como sus familias y autoridades de sus gobiernos que ostentaban puestos claves.
Ambos exmandatarios tenían fondos en Suiza y en el caso de Ben Ali las autoridades de la Confederación Helvética han confirmado que ya se han hallado decenas de millones de dólares en cuentas suizas, a los que se deben sumar propiedades inmobiliarias.
Con respecto a Mubarak se sospecha de la existencia de miles de millones en cuentas bancarias.
De otra parte, el ministerio de Exteriores suizo rindió ayer homenaje a las “personas que arriesgan sus vidas para reclamar sus derechos democráticos”, al tiempo que expresó sus condolencias a los familiares de las numerosas víctimas de la violencia contra los manifestantes que reclaman la salida del poder de Gadafi.
Además, la zona oriental de Libia permaneció ayer en calma y bajo el control de los llamados “consejos populares”.
Desde la frontera entre Libia y Egipto hasta Tobruk, a 120 kilómetros, las banderas tricolores de la independencia ondean en los edificios oficiales y las comisarias están vigiladas por civiles.