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La escritura perpetua

El Madrid

El Real Madrid se parece a Pedro Sánchez en que uno gana Champions y el otro sale triunfal de las elecciones sin ser el mejor en votos

Publicado: 12/06/2024 ·
11:12
· Actualizado: 12/06/2024 · 11:12
  • El Real Madrid celebra su decimoquinta Champions. -
Autor

Luis Eduardo Siles

Luis Eduardo Siles es periodista y escritor. Exdirector de informativos de Cadena Ser en Huelva y Odiel Información. Autor de 4 libros.

La escritura perpetua

Es un homenaje a la pasión por escribir. A través de temas culturales, cada artículo trata de formular una lectura de la vida y la política

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El Real Madrid se parece a Pedro Sánchez en que uno gana Champions y el otro sale triunfal de las elecciones sin ser el mejor en votos. Pero son imbatibles, como dijo el presidente en referencia al chuletón de ternera cuando aquella estrepitosa metedura de pata política del entonces ministro Alberto Garzón. El Madrid era durante el Régimen la Niña, la Pinta y la Santa María en calzoncillos, y desde hace años representa la globalización del fútbol, que arrancó como un deporte tribal, pero al que Florentino Pérez incorporó la inflación cuando en el año 2.000 fichó a Figo e inició la época de los ‘Galácticos’, que ha culminado el propio Florentino con la construcción del nuevo Bernabéu, un lugar en el que el fútbol quedará poco a poco como secundario para que allí florezcan los negocios y Taylor Swift pueda lucir talento, inteligencia, música y caderamen a ritmo de pop (ojo, esta cantante representa el 1% del PIB de EEUU). El Bernabéu de mi adolescencia, cuando jugaban Amancio y un ya decadente Gento, olía a colonia a granel y a sudor de clase media, y a las “pipas, caramelos, chicles” que vociferaba un vendedor de gorrilla azul, y ahora el Bernabéu huele al dinero de los turistas que no miran el juego sobre el césped sino que graban con el móvil el clamor de la grada, y ocupan un piso turístico del que han deshauciado a una anciana de 80 años que vivió allí toda su vida. Porque de lo que hay que cuidarse no es de los inmigrantes que llegan en cayuco moribundos o directamente muertos a las costas españolas, sino de los turistas que aterrizan forrados de petrodólares a comprar un pisito y provocan una inflación inmobialiria estratosférica.

El Madrid. Este Madrid no es Vinicius, ni Bellingham, ni Courtois, que también, sino que es esencialmente Carlo Ancelotti. Un equipo necesita ideas cuando sale a jugar como Kant las necesitaba cuando se ponía a escribir. Ancelotti es un tipo mucho más duro en el fondo que en la forma, como se entrevé en esas fotos en las que se fuma un puro desde detrás de unas gafas negras cuando gana un título importante. Florentino se cansa pronto de los entrenadores, pero ha tenido que mantener a Ancelotti, que mientras mastica chicles en la banda refleja que tiene el instinto de supervivencia de El Padrino. No es como un padre para los jugadores, como sostiene Vinicius, sino un padrino. Que se lo pregunten a Isco. El Madrid ganó el sábado su 15 Copa de Europa y se hace más universal. Más poderoso.

Ya no venden pipas en el Bernabéu.

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