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Cauces limpios y evitar arrojar residuos a arroyos, lecciones de la última riada en Málaga

En la comarca malagueña del Valle del Guadalhorce aún permanece una veintena de familias aisladas.

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  • Efectos de la dana en álora. -

Mantener completamente limpios los cauces de los ríos y evitar arrojar residuos en esos lugares son las primeras lecciones que se sacan de las inundaciones que afectaron la pasada semana a la comarca malagueña del Valle del Guadalhorce, donde aún permanece una veintena de familias aisladas.

En Álora (Málaga), epicentro de las consecuencias del temporal en esta provincia, su alcalde, Francisco Martínez, no quiere culpar a nadie porque asegura a EFE que al caer unos 60 litros durante la noche y madrugada y unos 130 entre las 7:00 y las 11.00 horas "es muy difícil que ningún cauce soporte esa cantidad de agua en tan poco tiempo".

Sin embargo, incide en que la Junta de Andalucía haga la limpieza de cauces: "La mayoría de desbordes son ocasionados por la cantidad de maleza que tiene el río, que hace represa, los sedimentos los va dejando en los laterales y eso provoca inundaciones".

Recuerda que la Junta efectuó alguna actuación este año en su municipio a petición suya, pero indica que "el cauce no estaba suficientemente limpio" y que si lo hubiera estado, quizás no hubiera subido el agua al nivel que lo hizo, y que con mayor limpieza la evacuación del agua hubiera sido "mucho más fluida".

Rechazo a mantener árboles en ejes de cauces

Avanza que hay más de 40 viviendas afectadas en su municipio y demanda una actuación "profunda" en cauces, además de expresar su desacuerdo con el hecho de se mantengan árboles en el eje del cauce, por el hecho de que los ecologistas, a los que respeta, aludan que si se quitan, las aves no pueden anidar.

Martínez precisa que las aves anidan en las márgenes de ríos y arroyos y asegura que no le importaría tener que afrontar un contencioso judicial por limpiar un cauce con tal de evitar pérdidas humanas.

Explica que cuando se limpian cauces, se dejan arbustos como tarajes o adelfas y retamas, por lo que no se hace una actuación completa y "los árboles en medio hacen de presa", ante lo que "el agua tiene que salir por algún sitio", y añade que también se vierten restos de podas donde no se debe.

"Como los cauces no estén completamente limpios, tenemos un problema", ha advertido, para recordar que el agua ha llegado a dos metros de altura y que sin árboles en el eje, quizás no hubiera subido tanto el nivel del agua, aunque admite que cayó mucha: "Estuvo tres horas y media que era un diluvio total".

"Toda arboleda en el centro del cauce tiene que desaparecer, ya bastante hay en los laterales", insiste, al igual que sobre los cañaverales, que pide retirar del eje y mantenerlos en las márgenes, que ejercen de pantalla y contienen el nivel del agua.

Inundaciones en 1989 y 2012

Los vecinos de Álora recuerdan otras inundaciones en 1989 y 2012 -en esta última con una mujer mayor fallecida-, aunque en la de ahora se ha alcanzado mayor nivel en el río Guadalhorce y se han registrado más destrozos en infraestructuras, como la desaparición de numerosas tuberías de agua potable y de kilómetros de caminos que recorrían el dominio público hidráulico.

El regidor, que ya vivió la anterior riada como concejal de Agricultura, afirma coincidir con otros alcaldes de la zona, como los de las poblaciones cercanas de Pizarra y Cártama, en que "los cauces tienen que estar limpios".

"Todos tenemos que poner de nuestra parte: la administración con la limpieza de cauces y nuestros vecinos respetando las zonas inundables sin echar podas porque al final todo suma", ha resaltado.

Intentan sacar a un anciano aislado para una prueba

Francisco Martínez ha tenido que caminar más de un kilómetro para llegar hasta donde siguen aisladas aún cuatro familias, cerca de la Barriada El Chorro, donde está el Caminito del Rey, entre ellos un bebé de tres meses y un residente extranjero de casi 80 años con movilidad reducida que debe acudir este jueves a una prueba médica previa a una intervención quirúrgica inminente.

El camino que iba por el cauce del Arroyo El Colmenar está completamente destruido e intentan solventar la situación. "Tengo que intentar darle paso como sea", afirma el regidor.

En el límite con el municipio de Almogía hay vecinos de varias viviendas igualmente incomunicados por un socavón de seis metros de profundidad en el acceso a esa zona.

El Ayuntamiento de Álora ha enviado a la Oficina Comarcal Agraria, dependiente de la Junta, un listado de caminos afectados para que los valoren sus técnicos a la espera de ayudas, mientras cuantifica los daños en las infraestructuras de agua potable.

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