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Torremolinos

Turistas de Honor de Torremolinos (3)

En estas crónicas, Jesús Antonio San Martín, desarrolla lo más representativo del ayer y el hoy de Torremolinos.

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Del castizo malagueño barrio de La Trinidad, concretamente de la "Calzada de la Trinidad", Gregorio Sánchez Fernández, Chiquito de la Calzada, Chiquito de la Calzá, tiene metida a "toa la gente der mundo" en el bolsillo desde que los sesenta le cayeron encima como agua, más de medio siglo después de que comenzara a pisar las tablas con tan solo ocho años. Cantaor y octava maravilla del humorismo, único en su género, el arte de Chiquito, Gregorio para los amigos y admiradores, que somos todos, se fraguó durante largas temporadas, además de en su Málaga natal, en el Torremolinos de aquellos años de película. La desaparecida sala flamenca El Jaleo, en la animada Plaza de la Gamba Alegre, donde cada noche salía "al ataquer" al proscenio, le fue, al compás de palmas, guitarras, taconeo y cante, padrino y madrina. En aquellos tiempos, nuestro Chiquito de la Calzada, lejos aún de la popularidad, "en vez del graduado escolar tenía una etiqueta de Anís del Mono", como solía afirmar.

En el año 2000 nos honró Chiquito de la Calzada con el detalle gentil de aceptar el singular título de Turista de Honor de Torremolinos. Fue nuestro cuarto Turista de Honor y es un honor para los torremolinenses seguir contándole entre las estrellas turísticas. En realidad Chiquito es residente de corazón en Torremolinos, aunque, naturalmente, el árbol de profundas raíces ya había arraigado en la Málaga de sus amores, donde vio la luz primera aquel 28 de Mayo de 1932. Dotado estaba ya de maravillosas facultades para el cante flamenco y el humor sano y espontáneo, si bien este último viajaba en el submarino de las ilusiones y hasta que no afloró a la superficie, muchos lustros después, no pudo ser recibido entre el unánime aplauso del respetable. Lo del cante, tan natural en él, empujó a Chiquito hasta el País del Sol Naciente, donde dos años y miles y miles de nipones fueron testigos fervientes de ese arte tan españolísimo y andaluz "que no se pué aguantá". Ya Madrid lo había cálidamente ovacionado en el Teatro Calderón, en el Price y en La Latina. Muchos años después el cine inmortalizaría su ingeniosa chispa humorística.

Chiquito de la Calzada, que también maravilla al pueblo por la sencillez y afabilidad de su persona, es probablemente el humorista genial más imitado de España. En la época en que el genuino sol de su franco humor esplendía en el cénit de la popularidad, aunque ciertamente no se ha eclipsado ni se eclipsará, todo el mundo, especialmente la gente menuda, quería ser Chiquito de la Calzada, moviéndose graciosamente de acá para allá. Aún en su actual época de octogenaria gloria, el mismo Chiquito "se mueve má que los precio". Internacionalmente famoso se ha hecho su original y donoso vocabulario, con expresiones como: "Fistro", "¿Te das cuén?", "¡No puedor!", ¡"Al ataquer!", "¡No compre pan!", "Hasta luego, Lucas", "Por la gloria de mi madre"… Ocurrentes vocablos todos ellos, grabados para la posteridad en el mármol de la gracia, del que Torremolinos será perenne lector.

CHIQUITO DE LA CALZÁ
Letra y Música: J. A. San Martín

I
Un chistecito, un cantar,
pasito viene que va,
se mueve con gracia y sal
Chiquito de la Calzá.
Ay, "amol",
¿"te das cuén, te das cuén"?
¡Qué "pecador", qué "cobarlde"!
¡Ay, que "no puedor,
no puedor, no pué,
por la gloria de mi madre"!

ESTRIBILLO
Con ese arte del "arrumaquito",
que "no se púe, que no se pué aguantá",
cómo te mueves tú tan graciosito,
Chiquito de la Calzá.
Con qué alegría todos te saludan
y te dedican con sinceridad
una sonrisa, un "hasta luego, Lucas",
Chiquito de la Calzá.

II
Derrochas por donde vas
tu simpatía sin par,
malagueñito del mar,
Chiquito de la Calzá.
Ay, "amol",
¿"te das cuén, te das cuén"?
¡Qué "diodenal hamatoma"!
Eres un "fistro"
y "no puedor, no pué",
¡"al ataquer"!, que eso mola.

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