De todos es sabido que es tanto el anhelo que la ciudad de Málaga tiene desde hace lustros por contar con un gran auditorio de música como que para tal megaproyecto no hay seguridad de muchas cuestiones, como si cada gran avance de la capital se viera condicionado por factores que tiran hacia atrás.
Y así, se sigues viviendo estos días tiras y afloja. Con la sombra de la posible falta de interés y de apoyo económico por parte del Gobierno central, en un platillo de la balanza, y en el otro, la inversión de nueve millones que materializará en breve el Ayuntamiento para hacer efectiva la compra del terreno a la autoridad portuaria, o el reciente aviso de la Junta de Andalucía de poner sobre la mesa 15 millones para el proyecto.
La cuestión es que el presupuesto para construir el auditorio de música de Málaga se ha elevado ya a una cantidad que roza los 210 millones de euros, para una obra que contaría con un plazo de ejecución de cuatro años.
En este contexto, desde el consistorio, el propio alcalde, Francisco de la Torre (PP), hizo su particular reparto de responsabilidades económicas en el que al Ministerio de Cultura, al Gobierno central, le han caído 45 millones; al ejecutivo andaluz, 25; se suman 10 por parte de la administración provincial, de la Diputación, 20 serían de aportación municipal, y los los 109.000.000 restantes deberían llegar de entidades privadas, porque la colaboración público privada es uno de los puntos donde incide el alcalde.
En este contexto, al final de la semana pasada también, la consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Carolina España, anunciaba que hoy mismo, en el Consejo de Gobierno adelantado de la Junta de Andalucía, se aprobará una modificación presupuestaria para que, antes de final de año, Málaga cuente con un montante de 15 millones de euros destinado al. El anuncio lo hizo la consejera en un foro de diario Sur: “Málaga tendrá, por fin, su Auditorio". O al menos, la citada partida partida inicial, que será gestionada por el Ayuntamiento a través de un convenio, en una medida que España consideró “un paso clave para que la ciudad pueda contar, finalmente, con unas instalaciones largamente demandadas por la sociedad malagueña”.
Al final de la pasada semana, el Consejo de Urbanismo dio luz verde por unanimidad a la adquisición mediante compra de la parcela propiedad de la Autoridad Portuaria y ubicada en el Paseo de Antonio Machado, 5 para el Auditorio de la Música. Tal y como se aprobó en el Consejo celebrado en noviembre, el precio de compraventa de este suelo de 30.405 m2 de superficie y 28.000 m2 de techo es de 9.046.940 euros sin incluir IVA, ya que esta operación es objeto de la exención prevista en la Ley que regula dicho impuesto.
Tras la aprobación definitiva esta semana por parte del Consejo de la Autoridad Portuaria de la venta de la parcela, se procederá a la formalización del pago del suelo, tal y como se determinó en las condiciones de compraventa aprobadas que fijaban este acto para antes de final de año.
Avances en La Rosaleda
Por otro lado, el Ayuntamiento de Málaga, también anunció este viernes que, a través de Promálaga y el Área de Coordinación de Infraestructuras y Proyectos, ha adjudicado a TPF GETINSA EUROESTUDIOS, S.L. la asistencia técnica para la elaboración de un estudio geotécnico del estadio de fútbol de La Rosaleda, por un importe de 72.607,26 euros y un plazo de ejecución de 3 meses.
Este estudio forma parte de los trabajos para la ampliación y renovación necesaria de La Rosaleda con motivo de la elección de la ciudad de Málaga como sede de del Mundial de fútbol en 2030. Cabe recordar que las tres administraciones propietarias del estadio (Ayuntamiento de Málaga, Diputación de Málaga y Junta de Andalucía) presentaron la candidatura para que La Rosaleda fuese uno de los campos de fútbol elegidos por la Real Federación Española de Fútbol para acoger partidos de esta competición en el marco de la candidatura conjunta, finalmente elegida, entre España, Marruecos y Portugal para la celebración de dicho acontecimiento deportivo.
Los trabajos se dividirán en dos grandes bloques: trabajos geotécnicos y ensayos en la estructura existente. Será en dos fases, de 3 meses y 1 mes respectivamente, si bien el cronograma inicialmente propuesto solapa ambas en el tiempo, siendo la duración total de 3 meses.
