Un hombre y sus dos hijos y 24 presuntos delitos de robos, hurtos y daños. Es el balance tras las detenciones realizadas por la Policía Nacional ante una oleada de delitos que había causado alarma en la zona Este de Málaga capital.
Los 24 ilícitos se dividen en los siguientes delitos contra en el patrimonio: 13 delitos de robo en interior de vehículo, cinco de hurtos en interior de vehículos, cinco de daños y un delito de robo con fuerza en establecimiento.
Los sospechosos aprovechaban la misma franja horaria para cometer los hechos, con el acceso tras la fracturación de los cristales de los automóviles o valiéndose de algún medio electrónico para aperturar los mismos y apoderándose de los objetos de valor que encontraban a su paso.
Los investigadores han recuperado numerosos efectos procedentes de los robos que ya han sido reconocidos y entregados a sus legítimos propietarios.
La operación se inició a principios de año, a raíz del aumento de robos y hurtos en el interior de vehículos, concentrados en la zona Este de la capital. Todos estos ilícitos presentan unas características y modus operandi propios, observando los agentes dos formas diferenciadas de acceder, o bien fracturando los cristales o bien valiéndose de algún medio electrónico para proceder a su apertura. Además, las sustracciones se producían de manera consecutiva, cometiéndose cuatro o cinco robos a escasos metros unos de otros, por lo que se hace evidente un mismo patrón de conducta y un misma autoría.
Los agentes adscritos a la Comisaría de Distrito Este encargados de esta investigación establecieron un dispositivo tendente a identificar y localizar a los posibles responsables de los hechos.
Finalmente, las indagaciones practicadas concluyeron con la identificación de los presuntos autores, un padre y sus dos hijos. En un primer momento fue localizado y detenido uno de ellos portando consigo unos arnés de trabajos de altura que figuraban denunciados como sustraídos y, seguidamente, se procedió a la detención de sus dos consortes. Además, uno de los arrestados tenía en vigor una reclamación judicial.
En los registros practicados los agentes han intervenido numerosos efectos procedentes de los ilícitos penales, que ya han sido reconocidos y entregados a sus legítimos propietarios.
El atestado policial instruido y los detenidos ya han sido puestos a disposición judicial.
