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Málaga registra un déficit de casi 6.000 viviendas respecto a los hogares creados en 2024. Al menos, es lo que pone de manifiesto el último informe elaborado por la Asociación Española de Consultoría Inmobiliaria (ACI), y que no salva a la provincia del “desajuste estructural” que compromete el equilibrio del mercado residencial a nivel nacional.
Según el citado informe, en 2024 se entregaron en España 134.649 viviendas menos de las “necesarias” para absorber los hogares creados a lo largo del año. Si bajamos al caso de Málaga, desde ACI se asegura que la diferencia de viviendas entregadas frente a los hogares nuevos tiene una brecha de 5.564. Así, las viviendas entregadas el pasado 2024 se calculan en 6.429, los hogares nuevos reales ascendieron hasta 12.043. Todo ello en un contexto provincial con 1.774.701 habitantes, 37.790 transacciones de vivienda realizadas y, de ellas, solo 508 protegidas.
Porque, como destaca la citada consultora, solo un 3% de las transacciones a nivel nacional de media, (un 1% en el caso de Málaga), se realizaron sobre vivienda protegida, lo que pone de manifiesto la débil intervención de las administraciones públicas en la generación de oferta asequible, en un mercado “claramente” liderado por la iniciativa privada, con Una cifra que “refuerza la necesidad urgente de revisar las políticas públicas de vivienda si se quiere garantizar el acceso de los colectivos más vulnerables”.
La comparativa andaluza señala que en Almería el déficit es de 2.761 viviendas; en Cádiz de 2.288; en el caso de Córdoba de 788; en Granada serían -2.728; en Huelva 1.655; son en Jaén -7, y en la capital andaluza, en Sevilla, menos que en Málaga con 1.913.
Un análisis significativo realizado por este informe es el que señala la evolución de la diferencia entre viviendas entregadas en Málaga frente ahogares nuevos proyectados desde 2020. Para esa fecha, había un superávit de 271, pero a partir de entonces, la fecha histórica lleva siempre el signo negativo: en 2021 ya faltaron 821; fueron -2.560 al año siguiente; en el caso de 2023 el déficit se elevó ya a -6.518; que pasó a ser de 5.614 el pasado año, y que suman un total en un lustro de -15.235.
Además. el informe señala que Málaga se encuentra en el top 10 de provincias, a nivel nacional, en cuanto a producción de viviendas protegidas en el periodo de 2019 a 2024. aunque, en el séptimo lugar, por detrás de otras grandes capitales como Madrid, Valencia, Sevilla, Barcelona, Alacant y Cádiz. En concreto,se reinsertaron 908 en 2019; en 2020 fueron 437; en el caso de 2021 hablamos de 861; en 2022 se cifraron en 879, frente a las 583 de 2023 y a las 508 del pasado año 2024.
Otras variables señalan que Málaga presenta una media de 2,61 habitantes por hogar actualmente; que los hogares nuevos proyectados acienden para este año son 21.411; la población nueva proyectada es de 129.313 habitantes; la población proyectada para 2026 es de 1.859.472 con 741.414 hogares.
No va mucho mejor la escasez a nivel nacional
España se enfrenta a un desajuste estructural que compromete el equilibrio de su mercado residencial. Según el último informe de la Asociación Española de Consultoría Inmobiliaria (ACI), Evolución de la producción de vivienda en España’, en 2024 se entregaron 134.649 viviendas menos de las necesarias para absorber los hogares creados a lo largo del año.
El desfase refleja un sistema que ya no responde al ritmo de crecimiento demográfico ni a la evolución de las necesidades habitacionales, derivado tanto de la escasez de suelo finalista como de los incrementos de los costes de construcción, las restricciones normativas y los retrasos en la tramitación urbanística.
El mayor desequilibrio se muestra en Madrid (-32.644 unidades), Barcelona (-21.148) y Alicante (-9.143), provincias con una elevada presión de la demanda, lo que agrava la tensión residencial y podría repercutir en la evolución alcista de los precios de venta. A estas ciudades se suma el déficit acumulado en Baleares, Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife (casi 19.700 viviendas entre todas), donde la escasez de suelo y los límites urbanísticos incrementan las tensiones estructurales.