Así lo confirmó ayer a este periódico Isidoro Macías, conocido popularmente como Padre Patera, quien trabaja desde hace años en la puesta en funcionamiento del servicio.
Este replanteamiento ha sido llevado a cabo en las últimas semanas por la orden franciscana, después de las trabas administrativas que, en los últimos meses, han llevado a que el edificio no pueda prestar servicio, pese a estar ya ejecutado al cien por cien.
El problema se originó en el pasado mes de mes de mayo, cuando La Junta de Andalucía le remitió a la Cruz Blanca que el albergue que del Paseo de la Conferencia no reúne las condiciones exigidas para albergar a personas mayores, uno de los usos principales para el que estaba pensado el edificio.
Esta notificación se produjo, además, cinco meses después de que la Junta ordenara el cierre del actual albergue de la orden franciscana, situado anexo a la obra del futuro edificio, lo que obligó a trasladar a todos los ancianos que allí se encontraban a residencias de Algeciras, Chiclana y San Fernando.
En concreto, los requisitos planteados por la Administración autonómica pasaban por exigencias de carácter dimensional. En este sentido, uno de los principales motivos de la notificación de la Junta de Andalucía era que el pasillo del edificio tiene que tener dos metros y medio, y el actual no llega a dicha cifra.
Igualmente, se exigía que las puertas sean más grandes, para ajustarse a la legislación. Por ello, prohibió a la Cruz Blanca albergar a ancianos en dicho centro.
Nuevos usos
Ante esta situación, la Cruz Blanca comenzó a estudiar cuáles podrían ser los futuros usos que tendrá el albergue, en vista de que no había sido cualificado para albergar ancianos. La principal opción que contempló entonces era la de trasladar allí a mujeres inmigrantes.
Este planteamiento se realizó debido a que la Cruz Blanca acoge a este colectivo en dos pisos ubicados en la avenida Victoria Eugenia, y que destinar el futuro albergue para estos usos permitiría admitir a muchas más inmigrantes de las que actualmente puede asumir la orden franciscana en el municipio.
Sin embargo, la orientación final dada por el Padre Patera al trabajo preparativo del futuro albergue se está centrando más en la situación de crisis y de desamparo social que viven muchas familias.
Así, la idea definitiva es albergar a personas sin techo o que hayan sido desahuciadas de sus viviendas, si bien especificó el Padre Patera que sólo se les acogerá durante dos días.
La idea es ofrecer un techo temporal a personas que se vean con dificultades. Para ello, se dispone de 18 camas dispuestas en habitaciones dobles.
Necesidad
La noticia es especialmente llamativa cuando se produce en una ciudad que carece de albergues para personas necesitadas, y donde es la propia Cruz Blanca la que está asumiendo una larga inversión para inaugurar un centro anexo al que acaban de cerrar. Respecto del mismo, Isidoro Macías apuntó que “ya lo tenemos todo. Sólo falta la burocracia”.
Además, el Padre Patera puso de manifiesto la buena conexión existente con el actual equipo de Gobierno, con el que está trabajando “de la mano” para poner a punto las nuevas instalaciones, y de quien asegura estar recibiendo toda la colaboración necesaria para que el albergue se ponga en marcha.
De hecho, uno de los motivos que afirma que más ha pesado en el hecho de orientar su funcionamiento a personas sin techo o desahuciados han sido precisamente esos contactos mantenidos con el Consistorio.
