Su gran experiencia en asuntos de la UE y sus notables conocimientos en materia de economía han sido claves para que Mariano Rajoy se haya decidido por él para otorgarle la responsabilidad de pilotar la diplomacia española.
También su buena reputación en la Eurocámara, donde trabaja desde 1994, y en la Comisión Europea ha sido un aval en su elección ante la perspectiva de la reforma de los tratados europeos y las negociaciones sobre los fondos de cohesión y agrarios.
García-Margallo, madrileño de 67 años y europeísta convencido, es estrecho amigo de Rajoy desde hace años y goza de su confianza, a pesar de no haber trabajado con él durante la etapa de Gobierno de José María Aznar.
Él mismo asumió en las últimas elecciones europeas, celebradas en 2009, que era la recta final de su carrera, porque como aseguraba entonces, "el tiempo nos alcanza en política".
Aunque se había hecho un pequeño hueco en alguna de las 'quinielas', no estaba en la lista de favoritos, que encabezaban Miguel Arias Cañete o Josep Piqué.
Licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto (Bilbao) en 1965, se convirtió en inspector técnico fiscal del Estado a finales de la década de los 60.
Después de completar su formación en Estados Unidos, ocupó su primer puesto en la Administración al final del franquismo como jefe de la Sección de Instituciones Financieras Comparadas, dependiente de la Secretaría General Técnica del Ministerio de Hacienda.
Su carrera de diputado arrancó con las Cortes Constituyentes en 1977 por la Unión de Centro Democrático (UCD) de Adolfo Suárez, que compaginó con el cargo de rector general de Desarrollo Comunitario del Ministerio de Cultura (1977-1979).
Con Suárez, siguió en su escaño como presidente de la Comisión de Peticiones del Congreso (1979-1982).
Después de un breve paréntesis fuera del Congreso, volvió en 1986 como diputado por Valencia de Alianza Popular-Partido Demócrata Popular-Unión Liberal y tras romperse la entente se integró en el Grupo Mixto como portavoz de Economía.
En febrero de 1989, tras la disolución de Democracia Cristiana y la refundación de AP, se incorporó al PP.
En puertas de la llegada de Aznar al Gobierno, saltó al Parlamento Europeo en 1994 para proseguir con asuntos vinculados a la economía.
En Estrasburgo, ha trabajado siempre en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios.
García-Margallo fue ganando notoriedad pública en el Partido Popular Europeo a medida que la crisis se iba agravando en Europa.
Analista refinado, buen orador y de carácter afable, se ha ido ganando el respeto en el PP a nivel nacional en los últimos meses.
Al margen de su labor política, ha escrito varios libros en los últimos años centrados en la crisis y en el papel de Europa.
Domina el francés e inglés y entiende el italiano y el portugués.