Habrá que esperar seis días para comprobar si el empate a cero cosechado en el Carlos Belmonte es bueno. En principio, tal y como llegaba el Cádiz CF de ánimo se agradece no perder, pero el equipo siempre da la sensación de poder hacer mucho más aunque se termine conformando con muy poco. En Albacete reinó el temor en ambas escuadras, pero sólo una dejó claro que era feliz con la igualada sin goles, la amarilla.
Jose González realizó cambios en el equipo titular, ninguno en cuanto a posiciones, sino dos sustituciones de hombre por hombre respecto a la ida ante el Castilla. Por un lado, en la punta del ataque se situó Juanjo, mientras que el central Goicoetxea dejó a Baquero en el banquillo. El centro de la zaga pedía a gritos una variante y, en este caso, el entrenador cadista optó por dejar fuera a un futbolista que había cometido errores muy graves en los dos partidos anteriores. Quien no perdió su sitio fue Cases, muy criticado por su pésimo rendimiento en la eliminatoria anterior, pero un hombre tan fijo para Jose González que Dioni ni siquiera viajó a Albacete.
Una de las claves se intuía en las bandas, donde Ikechi y Ferreiro podrían sacar mucho rendimiento del punto más débil de los locales. Fue el escocés el primero en intentarlo, con rapidez, atrayendo rivales a su paso, se marchó y provocó el primer corner con su disparo.
Los amarillos poco tenían que ver con ese equipo miedoso que se enfrentó al Real Madrid Castilla en el Carranza y no regalaban el balón al contrario, de hecho el porcentaje de posesión favorecía a los gaditanos, que no sufrían apuros e intentaban acercarse a la portería manchega.
Pese a ello, la primera gran ocasión del partido fue local. Entre Zurdo y Adriá se metieron por la izquierda y el pase atrás llegó al peligroso Calle, cuyo remate rozó el poste. Acto seguido, a Ikechi le sobró un regate dentro del área cuando llegó a la línea de fondo y Ferreiro esperaba el pase de la muerte, pero el escocés se entretuvo demasiado. Pero fue un espejismo, el buen inicio del Cádiz se estaba diluyendo por momentos y era el Albacete el equipo que rondaba el peligro y casi encerraba a su rival. Ya sólo era Ikechi quien tenía sensación de peligro cada vez que cogía el balón y miraba al marco.
El minuto loco llegó en el 36, cuando de otra cabalgada de Ikechi que de nuevo se perdió en regates se pasó a una contra que a punto estuvo de rematar a gol Antonio Calle.
De nuevo rozó el gol Ikechi al filo del descanso. Un pase al hueco fue alcanzado por el extremo, que se marchó de su par velozmente, pero no acertó a enviar su disparo dentro de la portería de Miguel. El escocés había estado presente en todas las oportunidades de peligro cadistas y era una pesadilla para los locales.
Sin más cambios que el realizado en la primera parte de Sergio Molina por el lesionado Tete se reanudó el encuentro. Lo que sí cambió desde el principio fue la mentalidad de ambos equipos, al menos de salida. El Cádiz CF, muy desconcentrado en algunas jugadas, intentaba no perder la posición atrás mientras los blancos sabían que empatar sin goles en casa no era un resultado del todo bueno, algo que les obligaba a buscar más la portería de Aulestia.
Juanjo era una isla en ataque y los amarillos iban a buscar cada vez más el juego de contragolpe confiando en la velocidad de sus extremos. Quizás fuera entonces el momento de probar arriba con Akinsola, que ya calentaba.
Aulestia salvó dos veces el primer tanto en la misma jugada. Primero abortando un tiro lejano y luego atrapando bien su propio rechace cuando llegaba Sergio Molina.
El equipo de Jose González tenía perdido el centro del campo y se temía lo peor, aunque la siguiente opción de peligro llegó a balón parado, no de jugada, y de nuevo fue abortada por un atento Oinatz Aulestia.
El cambio de Juanse por Ikechi dejó claro que para el banquillo cadista era bueno empatar a cero. No por el cambio en sí, que como siempre era de hombre por hombre, sino por la absurda acción del escocés al mirar de reojo a la banda para tirarse al suelo a perder tiempo nada más comprobar que iba a ser él quien saliera del campo.
Peligrosamente atrás, fue de nuevo Aulestia quien salvó a los gaditanos despejando con solvencia un balón que había tocado en Camille tras un centro y se colaba en su portería. El centro del campo del Cádiz CF no existía y los locales buscaban su gol en la recta final. Eran los mejores momentos del Albacete y los peores de unos amarillos perdidos que casi lamentan el gol en un disparo de Rocha que a punto estuvo de entrar.
Visto cómo se estaba poniendo el partido lo mejor que podía pasar es que se llegara al final. Y así fue, terminó el aburrido encuentro con un empate a cero que lo deja todo abierto para la vuelta, en la que los manchegos tendrán la considerable ventaja de que todo empate con goles les daría el pase a la última ronda de la fase de ascenso.
El 0-0 un resultado muy peligroso para el equipo que juega en casa la vuelta, pero así lo buscó el Cádiz CF y dentro de seis días deberá ratificar que la apuesta ha sido buena, de no ser así, una vez más se pagaría la falta de riesgo y el fútbol rácano al que los amarillos nos tienen acostumbrados durante toda la campaña.
Ficha Técnica:
Albacete: Miguel, Alba, Zurdo (Candela, 68'), Noguerol, Santamaría, Víctor (Herreros, 76'), Rocha, Núñez, Tete (Sergio Molina, 40'), Calle y Adriá.
Cádiz CF: Aulestia, De Coz, Camille, Goiko, Murillo, Yuste, Óscar (Moke, 85'), Ferreiro, Ikechi (Juanse, 74'), Cases (Akinsola, 80') y Juanjo.
Árbitro: González Fuertes (Asturiano). Amonestó con cartulina amarilla a los futbolistas del Albacete Noguerol (m. 22) y Santamaría (m. 63). Por parte del equipo gaditano vieron tarjeta Murillo (m. 24), Óscar Pérez (m. 62) y Juanjo (m. 80).
Incidencias: Partido correspondiente a la idea de la segudna eliminatoria por el ascenso a Segunda División A. 8.100 espectadores en el Carlos Belmonte, incluyendo unos 400 cadistas.
