Prosperar laboralmente, empezar a trabajar y practicar el idioma, hacer prácticas, acudir al destino en el que poder desarrollar su inquietud profesional...Cada día son más los jerezanos que emigran al extranjero a buscarse la vida. La mayoría lo hace por obligación, hay otros que no terminan de dar el paso y hay quien lo tiene claro: para avanzar anto laboralmente como personalmente hay que “abrir la mente” y conocer otras experiencias. En un contexto económico en el que el empleo agoniza en España, en Información Jerez recopilamos los testimonios de cuatro jóvenes jerezanos que un día decidieron hacer las maletas y que ahora mismo no darían marcha atrás. Lo que peor llevan es estar a tantos miles de kilómetros de sus familias, el mal tiempo y manjares gastronómicos como “una buena tapa de chicharrones con mi cervecita de Cruzcampo en el solecito” como asegura Jaime Brenes, que en septiembre hará un año viviendo en Londres. Diplomado en Empresariales y cansado de que la oportunidad de trabajar no le llegara, contactó con una agencia y se fue a trabajar a Londres. Eso sí, siempre pensó que todo sería más fácil.
“La decisión la tomé de un día para otro, ya me quedé con las ganas de irme a vivir una temporada a Edimburgo hace dos años, pero al final a la espera de un trabajo no me fui y ya se enfrió el tema. Creí que en Londres sería más fácil para buscar empleo, aunque la verdad que no es el mejor sitio para aprender inglés. El trabajo que estoy realizando no tiene absolutamente nada que ver con Empresariales, que es lo que he estudiado, aquí me llaman chef, cosa que me hace bastante gracia”. Aunque no lo tiene claro, no descarta que una vez que termine un curso de inglés “vuelva a España a probar suerte”, explica este joven, que echa mucho de menos a sus amigos y a su familia y lleva mal el no poder pasar más tiempo con el sobrino que acaba de tener.
Otros casos como el de Hilda Soto, de 32 años, lo llevan mejor, sobre todo por el hecho de que el trabajo que realiza guarde relación con su profesión. Con una doble licenciatura en Administración y Dirección de Empresas (Universidad de Cádiz y Fachhochschule Kiel), vive en Alemania desde mediados de marzo de 2010, aunque no es la primera vez que pasa estancias tan largas en el país germano, ya que ya estuvo estudiando hace unos años atrás en Kiel, y además tiene familia allí. “Me fui porque quería prosperar laboralmente, vivir una nueva aventura laboral, mejorar el idioma y ver desde lo más cercano la importancia de “saber exportar”.
“ Igualmente en el 2010 ya era palpable la crisis.Ahora trabajo en la dirección en uno de los puntos de distribución de una cadena de alimentación perteneciente a un grupo de empresas que importan de España, Italia, Portugal y Francia. Estamos principalmente especializados en vinos y productos gourmet”. Además, Hilda también administra su página de Facebook. “Siempre quise trabajar en el Departamento Comercial de Exportación en Jerez pero no me dieron la oportunidad de demostrar mi valía, cosa que lamento y que no veo con recelo, ya que ha sido uno de los hechos que más me empujó a iniciar mi aventura”, señala.
Alberto Grande, con 28 años, y estudiante de un ciclo de grado superior de desarrollo de aplicaciones informáticas, que actualmente cursa Ingeniería Informática tampoco se imaginó nunca que una beca de tres meses en el extranjero iba a marcar un antes y un después en su vida. “Vine a Finlandia de beca (Leonardo Da Vinci) 3 meses a hacer una practicas de trabajo, conocí a una finlandesa pero al terminar la beca tuve que volver a España. Al pasar unos meses nos fuimos juntos a Londres, donde vivimos y trabajamos unos meses y ya después de eso decidimos irnos a Finlandia ya que ella tenia asuntos pendientes allí. Unos asuntos pendientes con los que ya dura allí 5 años. Al igual que Hilda, por su cabeza no pasa volver a España debido a la crisis, aunque ambos vengan varias veces al año a Jerez para estar con sus familias. Licenciada en Periodismo, a sus 29 años Andrea Luque trabaja como Especialista en Comunicación para el Desarrollo en un proyecto sobre Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos en Nicaragua. Como explica, la decisión no fue tanto irse al extranjero como trabajar en comunicación para el desarrollo, comunicación popular y feminismo. Motivo por el que primero vivió en Guatemala hace 4 años y luego se mudó a Nicaragua. Pese a lo que pueda pensarse y lo gratificante de su experiencia, tiene muchas ganas de volver a su país. “Aunque suene extraño, tal y como están las cosas, me dan muchas más ganas. Creo que estamos en un momento en el que todos nuestros derechos están siendo pisoteados por una clase política aberrante y un modelo socioeconómico insostenible”.