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Sevilla

El continuismo

En el inicio del otoño el actual portavoz en el Ayuntamiento de Sevilla, Juan Bueno, va a optar a la presidencia provincial... pero ha surgido una voz dicordante

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  • Juan Bueno -

Mientras continúa la fuerte contestación a las medidas del Gobierno de Rajoy los populares sevillanos van a iniciar un proceso de renovación de sus órganos directivos que viene marcado por el continuismo. En el inicio del otoño el actual portavoz en el Ayuntamiento de Sevilla, Juan Bueno, va a optar a la presidencia provincial. Sin embargo cuando todo parecía que iba a ser un paseo de unanimidades surge la voz discordante de la alcaldesa de Bormujos, Ana Hermoso, quien pretende aglutinar el voto de los críticos dentro de la provincia de Sevilla.

Sin embargo todas las fuentes consultadas ven en la operación de Hermoso un gesto más de cara a la galería que una posibilidad real de optar a la presidencia provincial del PP.

En realidad el proceso que se va a llevar a cabo viene marcado por un movimiento continuista de poder interno. Tras la marcha de José Luis Sanz, el alcalde de Tomares, a la Secretaría General del PP andaluz lo que se hará en el fondo es un “correr turno”. De esta forma, Juan Bueno que hasta ahora venía desempeñando las funciones de secretario provincial ocupará el siguiente escalón orgánico, la presidencia provincial. Y el hueco que deja Bueno lo va a ocupar con toda seguridad Eloy Carmona, portavoz en la Diputación Provincial, y primer teniente de alcalde de Tomares. Un hombre de la absoluta confianza de José Luis Sanz. Por tanto un continuismo en el control del partido en la provincia de Sevilla.

Entonces por qué surge la voz discrepante de Ana Hermoso. La alcaldesa es una persona inquieta y en su presentación como candidata ha utilizado los mismos argumentos que hiciera en su día el socialista Antonio Gutiérrez Limones.

"El peso orgánico de los municipios se tiene que reforzar en la ejecutiva provincial y para ello es fundamental que tengamos participación alcaldes y concejales que estamos a pie de calle, enfrentándonos con las peticiones de nuestros vecinos y dándole respuesta en la medida de nuestras posibilidades". Estas afirmaciones suyas, tan similares a las de Limones en su día vienen avaladas entre otras cosas por haber triplicado su número de concejales en las últimas legislaturas.

Todo apunta que Hermoso, quien abrió un blog en mayo del 2010 para hablar con sus vecinos y que hasta la fecha no ha vuelto a escribir nada, conseguirá los 75 avales para ser candidata pero que difícilmente podrá conseguir los compromisarios para finalmente optar a la presidencia provincial frente a Juan Bueno.

Algunas fuentes han señalado que la propia Hermoso ya ha mantenido un contacto con Bueno para retirar su posible candidatura dejándose querer para ocupar un puesto relevante en la nueva dirección provincial a partir del 5 de octubre. No parece que el bueno de Bueno le haya dado ninguna esperanza, sin embargo.

Ana Hermoso es posiblemente de los afectados por el fracaso de Arenas al no conseguir la presidencia de la Junta y su pueblo le viene ya pequeño en sus ambiciones políticas. Quizás pensara que con la presumible llegada al Gobierno regional de los populares ocuparía un puesto de mayor responsabilidad, pero los ciudadanos con su voto evitaron esta opción.

Hermoso quiere ocupar sitios mayores y así incluso lo ha dejado ver al entorno de Bueno a quien habría sugerido que le gustaría ser diputada autonómica en el futuro y tener más peso en el Partido Popular que ser alcaldesa de Bormujos.

Fuera lo que fuera todo parece indicar que la llegada de Juan Bueno a la presidencia provincial será con una abrumadora mayoría y casi seguro sin que Hermoso consiga al final los compromisarios suficientes para presentar su lista.

El presidente de los populares andaluces y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, ha dejado claro que su apuesta es Bueno aunque le desea toda la suerte del mundo a Ana Hermoso. Una suerte que está echada.

Y mientras en el lado popular las cosas orgánicas están de esa forma, en el Partido Socialista comienza a notarse el poder de la nueva secretaria general, Susana Díaz, en los nombramientos que el Consejo de Gobierno de la Junta ha hecho esta misma semana. El nuevo delegado del Gobierno de la Junta Javier Fernández es una persona de la absoluta confianza política y personal de Susana desde sus tiempos en el Ayuntamiento de Sevilla en la primera Corporación de Monteseirín. Militante de la agrupación Macarena ha desarrollado su carrera orgánica en la sombra de Susana en la agrupación de Triana. Es un buen gestor que sin duda controlará con toda la confianza de Díaz las tareas de la Junta en la provincia de Sevilla. Aurora Cosano es otra persona también del equipo directo de Susana que accede a una de las nuevas delegaciones provinciales en la recién reorganizada estructura periférica de la Junta.

De momento nadie del entorno del crítico Limones está ocupando cargos de responsabilidad a pesar de que muy recientemente la propia secretaria general ha indicado que el alcalde de Alcalá estará pronto trabajando codo con codo con ella.

Y en el Ayuntamiento de Sevilla la labor de los socialistas sigue centrada públicamente en la presencia de Juan Espadas y los concejales Antonio Muñoz y Mercedes de Pablos. El resto apenas tienen presencia mediática pero están trabajando en los barrios de forma callada y con todas las dificultades que supone la mayoría popular hoy en día en las Juntas Municipales de Distrito. El grupo municipal también está a una piña con Susana Díaz con lo que hay una excelente sintonía entre el poder municipal y el poder orgánico de los socialistas, algo que no ocurrió prácticamente nunca en los doce años de Monteseirín.

Estamos a mitad de verano y a diferencia de otros años la actividad política no cesa. La crisis económica nos está llevando a un no parar. De todas formas el calor de agosto nos traerá sin duda la antesala de un otoño muy pero que muy caliente. El acoso a Andalucía por parte del Gobierno de Rajoy puede acabar en un nuevo 28 F como predican una y otra vez los socialistas. Mientras tanto habrá que seguir trabajando para salir de donde estamos, aunque la fórmula empleada por el PP ya no convence a casi nadie. Es posible que en el otoño si siguen así las cosas comiencen a surgir discrepancias sonadas en las filas populares sobre la forma en la que se está gestionando la crisis y el desgaste que está suponiendo a la confianza que obtuvieron en las urnas.

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