Después de las denuncias formuladas días atrás por vecinos de la Vega de los Molinos sobre los presuntos malos olores que origina la central térmica de ciclo combinado de Iberdrola, Ecologistas en Acción ha señalado que “hay un olor desagradable en todo el pueblo”, que va más allá de la mencionada barriada rural, para alcanzar lugares como El Santiscal.
“Las consecuencias que tienen estas instalaciones no son controladas por nadie”, expresa la portavoz de Ecologistas en la zona y miembro de la plataforma No a las Térmicas, Julia Franco, quien apunta directamente “al poder de las empresas y de los políticos” ante la presunta permisividad de la administración ante este tipo de industrias.
Por ello, Ecologistas en Acción vuelve a reivindicar un estudio diagnóstico de la salud de la población arcense, a fin de dilucidar el posible impacto sobre la salud de las centrales de ciclo combinado; un trabajo ya iniciado a finales de los años noventa y sobre el que pesa un rosario de opiniones científicas más o menos partidarias de este tipo de industrias. De hecho, de un tiempo a esta parte se viene hablando en la ciudad de un presunto aumento de casos de alergias que un sector ecologista atribuye a la central de ciclo combinado y a la influencia de otras industrias.
“Pero ni a los políticos ni a los empresarios interesan estos estudios. A los ciudadanos sí, pero tenemos poca voz, y el voto cada cuatro años, simple mente”, manifiesta el colectivo conservacionista. Sobre las posibles filtraciones que hayan podido provocar los malos olores, Ecologistas asegura no tener ningún informe que diga lo contrario, como tampoco asegura tener constancia de que las aguas residuales se están controlando adecuadamente.
Entre sus denuncias, Ecologistas manifiesta que desde Sanidad se ha avisado con antelación a la central para hacer un estudio de las aguas residuales, por lo que se cuestiona si a otros empresarios e industrias se les avisa desde la administración de las inspecciones previstas.
“Esto no debería consentirse, pero se hace por costumbre, connivencia..., por una serie de situaciones que legalmente no están reconocidas y que pueden constituir un delito”.
Sobre las alegaciones que han presentado los ecologistas a la renovación de la Autorización Ambiental Integrada, los argumentos vuelven a ser los mismos que en la década de 2000, es decir, que la central tiene “un impacto sobre la salud nada desdeñable y un impacto sobre el medio ambiente”. En este sentido, Julia Franco reclama un estudio sobre la calidad de la agricultura de la zona de influencia de la central de Iberdrola.
