El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha desatascado el conflicto autonómico y entre operadores para renovar la norma del cerdo ibérico, que se publicará a principios de noviembre pese a las resistencias y temores actuales.
Consejeros autonómicos de Andalucía, Extremadura, Castilla y León o Castilla-La Mancha han mostrado su voluntad de alcanzar un acuerdo para cambiar la norma actual, que la mayoría reconoce como confusa, compleja e ineficaz en sus controles para impedir el fraude.
En el fondo del problema está que España cuenta con más de 250.000 cerdos de bellota ibéricos puros -que comen bellotas-, pero con la actual normal los 2,32 millones de animales restantes podrían colocarse en los lineales con etiquetas confusas.
El Gobierno está decidido a defender la raza ibérica y el valor de la dehesa y de la bellota, pero en coexistencia con otras formas de producción más intensiva porque generan muchos ingresos y empleo, de tal forma que el 1 de octubre, el Ministerio de Agricultura entregará a los sectores implicados el borrador para que, tras un mes de alegaciones, pueda publicarse la norma definitiva.
Fuentes del sector han asegurado a Efeagro que lo más probable es que se pasará de las cuatro categorías actuales -en cuanto a la alimentación del cerdo- a tan sólo tres: "ibérico de bellota" e "ibérico de cebo" -ligado a explotación extensiva y dehesa y, una carga ganadera de 15 animales por hectárea-; y una tercera para referirse a cerdos cruzados que no cumplen dichos requisitos.
Administración y sector buscan una denominación para esta última categoría que no perjudique a los operadores que crían cerdos en sistemas ganaderos más intensivos o parques.
Sobre las categorías vinculadas a la raza, el Ministerio baraja simplificarlas y dejar tan sólo dos: "ibérico" -para el ibérico puro y 75 % de pureza racial, ligado a la dehesa-; y otra para el cerdo cruzado ibérico y pureza racial del 50 %, pero para el que no se ha encontrado aún una denominación, porque se quiere evitar un nombre peyorativo para el consumidor, según las mismas fuentes.
El propio Arias Cañete aludía esta semana en una entrevista radiofónica a los intereses "contradictorios" de los productores de jamón ibérico en dehesas y en intensivo, y afirmaba que "la cuadratura del círculo es difícil, pero hay que intentarlo".
Desde el sector insisten en que el jamón ibérico español es "la joya" de la gastronomía española, pero que pese a su importancia económica, social, cultural y culinaria está muy lejos de productos emblemáticos para otros países como el caviar, el "foie" o el champán, que no están sometidos a tanta complejidad normativa.
Se trata de simplificar categorías -raciales y de alimentación-, para no confundir al consumidor nacional e internacional, apuntan desde la Denominación de Origen castellanoleonense "Guijuelo".
Castilla y León no quiere que la nueva norma perjudique a su potente sector del ibérico de cebo y su entramado económico conformado por 352 industrias cárnicas, 2.000 explotaciones, un millón de cabezas, 6.500 trabajos directos y 15.000 indirectos y 600 millones de euros anuales, al que suma una comercialización creciente de carne de ibérico fresca en los mercados.
Su consejera de Agricultura, Silvia Clemente, ha marcado una serie de líneas rojas en un documento de consenso con el sector castellano leonés, aunque apuesta por el entendimiento nacional.
Desde Andalucía, las denominaciones de origen Pedroches y Jamón de Huelva quieren que el ibérico de bellota sea el buque insignia en la renovación de la norma y que se definan claramente las producciones extensivas frente a los regímenes intensivos, posición que comparten con el consejero autonómico Luis Planas.
Esta Comunidad suma con Extremadura el 94 % del ibérico criado en dehesa, con más de 234.600 animales alimentados con bellota, pero apenas concentra el 10 % del intensivo español, ámbito este último que no quiere ser el damnificado de la nueva norma.
En este sentido, la consejera manchega María Luisa Soriano, pide que la norma no debe poner trabas al ibérico de cebo, que supone el 80 % del mercado y tiene potencial de crecimiento internacional.
Castilla-La Mancha cuenta con una producción anual cercana a las 19.000 unidades de jamón ibérico de bellota, frente a las más 314.000 unidades de jamón ibérico de cebo.