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La mayor nevada de los últimos 18 años paraliza el sureste de Inglaterra

La mayor nevada de los últimos 18 años paralizó ayer Londres y todo el sureste de Inglaterra, con las carreteras colapsadas, los aeropuertos al mínimo, las escuelas cerradas y las operaciones quirúrgicas hospitalarias reducidas a las indispensables.

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  • La nevada dejó ayer estampas muy poco habituales, como las de las playas. -
  • La nieve dejó numerosas playas cubiertas de blanco en la costa sur
La mayor nevada de los últimos 18 años paralizó ayer Londres y todo el sureste de Inglaterra, con las carreteras colapsadas, los aeropuertos al mínimo, las escuelas cerradas y las operaciones quirúrgicas hospitalarias reducidas a las indispensables. 

Las autoridades advirtieron para las próximas horas de “condiciones meteorológicas severas” y pidieron a los ciudadanos que eviten salir a las carreteras si no es estrictamente necesario. 

La advertencia meteorológica es para todo Inglaterra, Gales y partes del este de Escocia, puesto que nevó durante toda la jornada de ayer y se espera que también lo haga hoy. 

La tormenta de nieve viene acompañada de bajas temperaturas, en torno a los 5 grados centígrados bajo cero, en el invierno más frío registrado en el Reino Unido en los últimos 14 años. 

La nevada dejó estampas muy poco habituales, como las de numerosas playas cubiertas de blanco en la costa sur de Inglaterra. 

Frente a las imágenes bucólicas en las playas, el campo y los parques, llenos de niños que celebraron por todo lo alto la suspensión de las actividades académicas, los sistemas de transporte sufrieron la peor parte, con un colapso casi generalizado. 

El sistema ferroviario funcionó con muchos problemas y grandes retrasos, y en las carreteras se acumularon kilómetros de atascos, con cientos de camiones atrapados en la nieve, mientras que los aeropuertos cerraron u operaron vuelos con cuentagotas. 

“Hacemos todo lo que está en nuestra mano para asegurar que los servicios –carreteras, vías férreas y aeropuertos– están abiertos lo más rápidamente posible, así como un seguimiento continuo”, afirmó el primer ministro, Gordon Brown. 

El primer ministro hizo esta declaración en una conferencia de prensa conjunta con su colega chino, Wen Jiabao, en una jornada en la que el clima, con más razón que nunca, se convirtió en el tema de conversación del día. 

La compañía aérea British Airways canceló hasta las 17.00 horas GMT todos sus vuelos de corta y larga distancia desde el aeropuerto londinense de Heathrow (oeste de la ciudad) a causa de la nieve, que comenzó a caer en las últimas horas del domingo. 

En Gatwick (sur de Londres) los vuelos “operan, pero con grandes retrasos y algunas cancelaciones”, y el London City Airport, en el centro de Londres, “está cerrado”, informó un portavoz de la aerolínea británica. 

Transport for London, el servicio de transporte de la capital británica, informó de que todos los autobuses fueron retirados del servicio debido al “tiempo adverso y a las peligrosas condiciones para la conducción”, y de que los cierres y retrasos de las líneas de metro se mantendrán durante toda la jornada. 

La mayoría de las líneas del metropolitano londinense tienen su origen en estaciones en superficie, por lo que los trenes no pudieron salir al encontrarse con las vías congeladas.

El alcalde de la ciudad, Boris Johnson, que dijo haberse trasladado en bicicleta hasta su oficina, anunció la suspensión del recargo de 8 libras (11 dólares) al tránsito privado por el centro de la capital (conocido como “congestion charge”), como “un gesto de agradecimiento a aquellas personas que se han trasladado hasta sus puestos de trabajo esta mañana”.

El Servicio Nacional de Salud (NHS) tuvo que suspender numerosas operaciones quirúrgicas en los hospitales y tuvo un significativo incremento de las llamadas al servicio de emergencia 999, mientras el servicio de emergencia sólo atendió casos de vida o muerte.

El mundo de las finanzas notó también el efecto de la nevada por las dificultades de los banqueros y 'brokers' para llegar hasta la City londinense, que registró un volumen de negocio similar al de jornadas como la víspera de Navidad.

Tampoco hubo fútbol por la tarde en el Emirates, donde el Arsenal debía jugar su segundo partido de eliminatoria de la Copa contra el Cardiff.

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