Adiós a la única conexión que le quedaba a Jaén con Granada. El último Consejo de Ministros de 2012 aprobó el listado de servicios de transporte ferroviario de media distancia y larga distancia que serán financiados por el Gobierno a partir de este año y que, según informó el Ministerio de Fomento, se ha replanteado con el objetivo de lograr ahorrar hasta 51 millones de euros anuales en los próximos tres ejercicios.
Y entre estos servicios, se ve afectado el larga distancia Madrid, Linares-Baeza, Almería, que ofrecía a los jienenses la posibilidad de viajar a Granada desde Guadix. No obstante, el resto de servicios, como los de media distancia a Córdoba, Sevilla, Cádiz y Madrid han sido declarados e incluidos en la lista como obligación de servicio público (OSP), por lo que se mantendrán por el momento. En cuanto a los trenes de larga distancia, como del de Madrid, Linares-Baeza, Almería podrían prestar cobertura a los usuarios afectados en los trayectos que sea necesario sustituyéndose por transporte en autobús. Es aquí donde Fomento abre la puerta a mantener algunos servicios a partir de criterios de conexión y vertebración territorial, dejando abierta la opción de que las comunidades autónomas formalicen un contrato con Renfe para atender las líneas de especial interés, siempre y cuando asuman la financiación del déficit de explotación. El plazo de reestructuración acabará en junio.
No muy mal parados
El presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocaril en Jaén, Miguel Ángel Rodríguez, mantiene que finalmente Jaén no ha salido muy mal parada de los cambios anunciados por Fomento. “Tampoco había mucho más para recortar, pero la conexión con Córdoba peligraba muy seriamente”, apunta.
De este modo, Rodríguez asegura que ahora la “patata caliente” la tiene la Junta de Andalucía, que será quien tiene que decidir si financia el actual trazado del larga distancia Madrid-Almería para que continúe circulando por la provincia de Jaén y uniéndola a Levante y a la capital granadina. En cualquier caso, Rodríguez lamenta que el Gobierno actúe sin ningún plan concreto y se pregunta si la alta velocidad es rentable para Renfe.
