Se confirmó el descenso en las prestaciones del Betis. El desplome frente al Rayo Vallecano fue importante y se hace obligada la necesidad de recuperar efectivos y fortalecer al cuadro verdiblanco. Goleada de un adversario directo en la lucha europea. La eliminación en Copa permitará descansar al cuadro bético de cara al envite del próximo domingo en el Calderón.
Una vez más con lo puesto, se presentaba Pepe Mel en Vallecas por vigésimoprimera vez en lo que va de competición, siendo el único equipo de Primera División que no ha repetido alineación en lo que llevamos de temporada. El rival, sin su estrella Leo, se plantaba en su campo con un once ofensivo, muy del gusto de su técnico, Paco Jémez.
¿Y el partido? No pudo empezar peor. Aluvión del Rayo Vallecano nada más rodar el balón. A la ocasión del Chori Domínguez en el arranque tras un córner que cabezaba el argentino por encima del larquero; la primera en la frente no tardó en llegar. Un pase profundo hacia Delibasic en una bonita combinación del cuadro madrileño, provoca una salida tardía de Adrián que termina derribando el delantero montenegrino que recortó justo en el momento oportuno forzando la pena máxima en el minuto 4.
El ritmo del encuentro, alto e incesante, favorecía al conjunto local que, si bien es cierto que dejaba espacios atrás, en ataque soltaba arreones con mucho peligro. Rubén Castro y Campbell llevaban el peso del peligro para el bloque bético. No obstante, Trashorras no hizo el segundo de la tarde de milagro. Su lanzamiento, con una rosca preciosa, se estrellaba en el travesaño cuando se cantaba el gol en la grada. Por los pelos.
Los verdiblancos se sacudían como podían la ofensiva del Rayo. La oportunidad más clara de los de Mel llegaría en las botas del goleador canario del Betis. En posición inmejorable y con el guardameta ya batido, Rubén Castro a punto estuvo de hacer el empate de tiro raso que rozando a escasos centímetros del poste, no acertaba a enviar la pelota en el interior de las mallas.
Al contragolpe, los de Jémez intentaban abrir más brecha en el marcador. Hasta con un tres contra uno comparecía en el área bética aunque sin rematar la faena. 1-0 al descanso en una primera parte poco productiva en cuanto a ocasiones y juego.
La película en el segundo periodo no cambió. El equipo helipolitano seguía sin enterarse de lo que acontecía en el encuentro. Lass avisó errando a bocajarro cuando el gol parecía irremediable. Inexistente el mediocampo del Betis (lo de Beñat es para empezar a mirárselo en serio), al que se le veía agotado en el repliegue y desacertado en el pase. Y en el 63, llegó lo que se veía venir por el desarrollo de los acontecimientos.
Cambio de orientación de José Carlos, taconazo del Chori al desdoblamiento de Casado y centro medido del sevillano que cabeceaba Delibasic comiéndole la tostada a Nacho al fondo de la red ante la nula salida de Adrián que se quedó bajos los palos.
La sustituciones de Mel no surtían ningún efecto. Únicamente Rubén Castro daba sensación de peligro aunque todas sus tentativas eran repelidas por el cancerbero rayista. En el minuto 81 llegó el tercer tanto cerrando la goleada, obra del ex sevillista José Carlos tras jugada personal que culminó con el esférico en la portería bética.
Una tarde para olvidar.