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Sevilla

El fiscal concluye que el exagente fue el autor "material" y "directo" del robo

Mantiene su petición de 18,5 años de cárcel

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El fiscal ha concluido que el exagente de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) Lars S.M. fue el autor "material" y "directo" del robo de 154 kilogramos de cocaína y heroína de los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de Sevilla, todo ello dada la "facilidad máxima" que tenía para acceder a los calabozos donde se almacenaban los estupefacientes, por lo que ha mantenido su petición para el acusado de 18 años y medio de cárcel y nueve millones de multa.

   Durante la sexta sesión del juicio que se celebra en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial, el representante del Ministerio Público ha elevado a definitivas sus conclusiones provisionales contra el expolicía, a quien acusa de un delito continuado de robo con fuerza; otro contra la salud pública y un tercer delito de blanqueo de capitales.

   El fiscal antidroga imputa estos mismos delitos al presunto cómplice del robo, Manuel A.S., y a su pareja, María Violeta S.G., para los que pide 17 años de prisión y nueve millones de multa, mientras que para la mujer del exagente, María Teresa M.S., solicita cinco años de cárcel y tres millones de multa, pues la considera culpable únicamente del delito de blanqueo.

   En su informe, el fiscal ha aseverado que el exagente "es el autor directo y material" del robo, aunque "esto no quiere decir que no pudieran entrar otras personas a la Jefatura", ha advertido, para a continuación subrayar que el acusado "tenía la facilidad máxima para acceder a los calabozos".

"FÁCIL ACCESO" A LOS CALABOZOS DONDE SE ALMACENABA LA DROGA

   Este "fácil" acceso lo podía ejecutar "sólo o acompañado" y "por la puerta principal o por el garaje", al que podía acceder "en coche o andando", ha dicho el fiscal, que ha afirmado que Lars "conocía la Jefatura por dentro; conocía los calabozos; conocía el destino que se daba a la droga incautada, y conocía el horario de entrada y salida" a dichos calabozos.

   Por ello, ha continuado, el exagente "podía encontrar el momento más adecuado" para sustraer la droga y sustituirla por paquetes falsos hechos con materiales como cacao o yeso, e incluso ha dicho que el expolicía pudo entrar en la Jefatura una vez ya se encontraba en excedencia.

   A todo ello se suma, según el fiscal, que "tenía acceso" a las llaves que abrían el calabozo de la droga, punto en el que ha hecho referencia al "protocolo no escrito" según el cual estas llaves obraban en poder del responsable de la Udyco, quien únicamente entregaba las mismas a los jefes de grupo cuando éstos se lo pedían, y que, a su vez, las dejaban en manos de los agentes cuando éstos tenían que bajar al depósito para dejar allí alguno de los alijos incautados.

COPIAS DE LAS LLAVES DEL DEPÓSITO

   A su juicio, ello "no quiere decir" que las llaves estuvieran "todo el rato" en posesión de los responsables de los distintos grupos de la Udyco, sino que "podían estar horas" en manos de los agentes que bajaban a los calabozos "para hacer el depósito". Además, "cualquiera que tuviera la llave podía obtener una copia fácilmente", pues cerca de la Jefatura había una ferretería.

   "Así debió ocurrir", aunque "también se pudo usar una ganzúa" para abrir los candados dispuestos en los calabozos, ha aseverado el fiscal, quien ha dicho que, además, "las características de los paquetes" falsos que sustituyeron a la droga "implican claramente" a Lars en la sustracción, pues podía acceder a los atestados realizados por los distintos grupos y ver "la forma y el color que debían tener".

   El representante del Ministerio Público ha recordado que en septiembre de 2009, cuando declaró en el Juzgado tras ser detenido por estos hechos, el acusado dijo que fue Manuel A.S. quien "le propuso el robo y le dijo que tenía unas llaves", aunque en una segunda declaración judicial, prestada en junio de 2010 y ratificada en el juicio, aseguró que fue el jefe de la Udyco, Francisco T., quien "le encargó hacer los paquetes".

LA VERSIÓN DEL EXAGENTE, "INVEROSÍMIL Y ABSURDA"

   El fiscal, que ha situado el robo de la droga entre 2006 y 2008, entiende que esta versión "es absolutamente inverosímil y absurda", pues entre ambos hubo "denuncias cruzadas" e incluso el expolicía "denunció" al responsable de la Unidad, por lo que se ha preguntado "cómo es posible que, sin tener confianza, le pidiera el favor de que hiciera unos paquetes fuera de los cauces oficiales".

   Por todos estos motivos, ha opinado que se trató de un robo con fuerza para el que Lars llegó a un "acuerdo previo" con el presunto cómplice y su pareja, con los que hubo "un reparto de funciones" y que "intervinieron de forma imprescindible" y "clara" en los hechos.

   En el caso de Manuel A.S., ha señalado que, aunque no tiene antecedentes por asuntos relacionados con drogas, "sí era conocido en este ámbito y conocía ese modo de vida", por lo que "tenía contactos con traficantes y podía facilitar la venta de la droga".

"HUBO TRES ROBOS, Y PROBABLEMENTE MÁS"

   Además, ha recordado que este acusado reconoció en su declaración ante la Policía que elaboró hasta en tres ocasiones los paquetes "a instancias" del exagente --según el fiscal, esto pone de manifiesto que "no hubo un solo robo, sino tres y probablemente más"-- y que "le ayudó" en esta tarea su pareja, quien ante la Policía "confesó que había participado dos veces en la elaboración de los paquetes" porque su novio "le pidió ayuda".

   El fiscal ha considerado que los cuatro acusados son culpables de un delito de blanqueo de capitales, citando en este punto que el nivel de vida de ambas parejas "aumentó de forma desproporcionada" hasta tener un patrimonio "desorbitado", pues en concreto, ha defendido, el patrimonio de Lars y su esposa aumentó en 775.000 euros y el de Manuel y su novia en 302.000 euros.

   A juicio del fiscal, "hubo un incremento patrimonial notable en poco tiempo, de la noche a la mañana" pese a la "inexistencia --en el caso de Manuel y su pareja-- de negocios o salarios que los justifiquen", y a ello se suma "las relaciones con el tráfico de drogas" que tenían Lars y su presunto cómplice. Es decir, "tuvieron a su disposición importantes cantidades de droga que vendieron en el mercado negro", ha afirmado.

"INDICIOS Y SOSPECHAS VAGAS"

   Por su parte, el abogado de Lars ha pedido la absolución de su cliente al entender que contra el exagente "no hay más que indicios y sospechas vagas", añadiendo que "las condiciones que el fiscal dice que se dan en Lars, se podrían haber dado en otros policías" destinados en la Udyco.

   Ha añadido que "quien robó la droga tuvo que ser un policía, pero no hay ni un solo dato objetivo de que tuvo que ser Lars", pues el fiscal únicamente cuenta a su favor con las declaraciones iniciales de su cliente y de su presunto cómplice, pero estas "no pueden ser prueba a tener en cuenta", ya que las declaraciones del exagente fueron "inducidas" por la Policía, que le amenazó "con detener a su mujer y quitarle a sus dos hijas para dárselas a la Junta".

   Sobre la "facilidad máxima" que, a juicio del fiscal, tuvo Lars para acceder a los calabozos, el letrado ha dicho que la misma la habrían tenido "todos los funcionarios adscritos a los grupos de Udyco que accedían a los calabozos donde se almacenaba la cocaína y la heroína", y no Lars, "que estaba en un grupo dedicado al hachís".

   "Lars es una víctima de todo esto, ha habido una presión mediática tremenda y se ha destruido ya bastante tiempo a una familia con dos niñas", ha defendido Saldaña.

   Los abogados del resto de acusados han solicitado la libre absolución de sus clientes, y, en el caso de Manuel, su letrado ha dicho que ningún agente lo vio en Jefatura y "no consta en ningún registro" que hubiera entrado en la comisaría, criticando que "no se puede hablar de suposiciones, sino de pruebas".

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