El Espanyol arrancó un empate ante el Real Madrid (1-1), que salió a Cornellá-El Prat con una alineación pensando en la final de Copa del Rey, finiquitó las opciones del conjunto de Mourinho de pelear por el título de Liga, ahora en manos del Barcelona, y recupera la fe en Europa.
El gol de Stuani en el 24, tras un córner, castigó a un Madrid muy suave arriba. Higuaín no apareció hasta la reanudación y empató después, también, de un saque de esquina. El juego blanco se dinamizó con Ronaldo, pero no bastó para doblegar al Espanyol, que puntuó por primera vez ante los madrileños en su nuevo estadio.
Morata y Di María lanzaron los primeros avisos sobre el área de Casilla a los diez minutos, sin crear problemas al meta catalán. Los intentos del Madrid eran bastante tímidos, así como los del Espanyol. La respuesta blanquiazul fue un centro de Javi López sin demasiada intención. Nadie disfrutaba de presencia clara en el área.
La verticalidad habitual, y letal, del Madrid había desaparecido por completo. Lo que presenciaba Cornellá, con la mejor entrada de la temporada, era un pulso de músculo en la medular. No había líneas de pase claras ni centros medidos. Tampoco apariciones de las estrellas merengues, menos incisivas que en otras ocasiones.
La lesión de Varane en el minuto 19 obligó a Mourinho a sacar a Xabi Alonso. La entrada del guipuzcoano no cambió el guión del choque, pero sí un córner en el minuto 21. Mientras la grada recordaba con una ovación al fallecido Daniel Jarque, Stuani culminaba un córner, tras un pase de Sergio García, y ponía el 1-0.
El Espanyol no se encerró y buscó la sentencia. El delantero ítalo-uruguayo tuvo el segundo cinco minutos después. Verdú dio una asistencia entre líneas a Stuani y rompió todo el planteamiento defensivo de los blancos, pero falló en el uno contra uno ante Diego López al intentar picar el balón.
Los sustos para el Madrid no acabaron. Héctor Moreno, en la siguiente jugada, envió el balón al fondo de la red tras un córner. De todos modos, el colegiado señaló falta del central mexicano en el área. La decisión, rigurosa, fue muy protestada por los futbolistas blanquiazules, que ya celebraban el 2-0.
Los de Mourinho intentaban igualar el choque, sin ningún éxito. Sus jugadas acababan amablemente en Casilla e Higuaín, azote del Espanyol con, ahora, nueve goles en once partidos, no recibía apenas balones en condiciones. El técnico portugués, en la reanudación, refrescó el ataque con Benzemá, que entró por Morata.
El francés no cambió el desarrollo de la noche. El dominio en ataque era del Espanyol y el entrenador luso sacó su última carta: Cristiano Ronaldo. De todos modos, sin que CR7 tuviera tiempo a ubicarse, el Madrid empató el encuentro en el minuto 58. Higuaín enganchó un córner con la cabeza y puso el 1-1 en el marcador.
A medida que Ronaldo se asentaba, el juego visitante mejoró. El peligro por las bandas crecía y los de Aguirre tenían mucho más trabajo en defensa. Forlín estuvo muy encima del portugués, que creó más problemas gracias a su asociación y velocidad que a sus ocasiones individuales. Disparó una única vez a portería.
En los últimos diez minutos el fútbol de ambos equipos fue mucho más directo. Espanyol y Madrid querían la victoria: los catalanes para seguir soñando con Europa y los blancos pare retrasar el alirón azulgrana. Pese a la tensión, a dos faltas de Ronaldo, la intensidad de Sergio García y una roja a Víctor Sánchez, acabó en tablas.