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Jaén

López Miergo, amigo

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Escribo estas líneas en un receso de la preparación de los equipos de radio que me tengo que llevar a Lleida para la retransmisión del partido entre ilerdenses y jaeneros que se juega mañana, -ayer para vosotros- y, por consiguiente, como no soy adivino, desconozco el resultado del partido, que esperemos sea favorable para nuestro equipo. En esta labor que realizo habitualmente, me viene a la memoria, aunque todavía me resisto a pensar que ya no está con nosotros, mi entrañable amigo, Manuel López Miergo, ‘Manolo’, como yo le llamaba.


Me resisto a pensar que hace ya dos semanas que se nos fue, en plena recta final de temporada futbolística, casi en las mismas fechas de hace cuatro años cuando fue intervenido de la ‘traicionera’ enfermedad que apareció en su cuerpo.  En aquella época se disputaba la fase de ascenso a Segunda A, con Leganés, Ponferradina y Villarreal B, al que no se pudo superar. Ahora, en nueva y plena fase de ascenso, la figura de ‘Manolo’ está presente y tan cerca de ‘su’ Real Jaén, que en el primer partido frente al Alavés se recordó su cariño al equipo de sus amores, con un minuto de silencio, y, aunque ahora eso ya no se lleva, muchos también rezamos un Padrenuestro por su alma. Manolo López Miergo seguirá presente en todos aquellos que le conocimos tanto en el aspecto personal como en el plano deportivo. En este sentido realizó un gran trabajo al frente de la peña ‘Santo Reino’ de la que fue fundador y, cuyos socios reconocieron nombrándolo ‘presidente de honor’. Era inquieto ante el devenir del conjunto jienense y, a veces, levantaba la voz cuando no estaba de acuerdo con decisiones que se tomaban en temas relacionados con peñistas, socios o abonados. Sin embargo, Manolo, que era sencillo, humilde, sosegado y tranquilo, expresaba un afán de superación y una fortaleza envidiable, en su lucha desenfrenada con la cruel enfermedad, siendo consciente de ello, que le estaba quitando la vida. Junto al ‘lecho de muerte’, en una de las visitas que le hice, en una breve ausencia de su esposa, Anita, me cogió la mano y, con la voz tenue y ya sin fuerza, me dijo: “Manolo, este año el ascenso del Real Jaén no lo voy a ver, ni a disfrutar”. Ahora, que ya te has marchado, seguro que sí, amigo Manolo, el ascenso lo vas a disfrutar en un lugar privilegiado, y el que quizás la alegría sea aún más intensa por las formas que en ese sitio se deben de celebrar los acontecimientos.  El mundo peñístico del Real Jaén ha perdido un gran aficionado. Sus compañeros de la ‘Santo Reino’, con su presidente Francisco Lopera, al frente, nunca olvidarán la labor del amigo y compañero que ya no está entre nosotros.

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