Malala Yousafzai, la activista paquistaní que el pasado mes de octubre sufrió un intento de asesinato a manos de los talibán en el valle del Swat, en el noroeste de Pakistán, ha celebrado su 16 cumpleaños con un discurso en Naciones Unidas que se ha centrado en el derecho a la educación de las niñas paquistaníes.
Con un pañuelo en la cabeza de color rosa, Malala se ha dirigido al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y a cerca de 1.000 estudiantes de todo el mundo que han asistido a una Asamblea de la Juventud, en la sede de la ONU en Nueva York.
"Vamos a coger nuestros libros y bolígrafos. Son nuestra arma más poderosa. Un niño, un profesor, un bolígrafo y un libro pueden cambiar el mundo. La educación es la única solución", ha declarado Malala.
La joven activista fue atacada el pasado mes de octubre cuando regresaba a su casa desde su escuela, ubicada en Mingora, la principal ciudad del valle del Swat, junto a otras dos niñas. Yousafzai recibió un disparo en la cabeza y otro en el cuello, mientras que las otras dos menores de edad también resultaron heridas pero sus vidas no corrieron peligro.
Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), una alianza de milicias talibán paquistaníes que actúa en las regiones tribales, reivindicó en su momento la autoría del ataque y uno de los portavoces de los talibán, Ehsanullah Ehsan, argumentó que Malala era profana y contraria al régimen talibán.
La joven le entregó al secretario de Naciones Unidas una petición firmada por casi cuatro millones de personas que luchan para que los 57 millones de niños que no pueden ir a la escuela puedan hacerlo y exigir a los líderes mundiales que financien nuevos profesores, centros educativos y libros. Una medida cuyo objetivo consiste en que el trabajo infantil, los matrimonios concertados y la trata de personas llegue a su fin.
El enviado especial de la ONU sobre Educación, el ex primer ministro británico Gordon Brown, ha subrayado este viernes que el acto no había sido únicamente por el cumpleaños de Malala sino para que ella transmitiese y compartiese con los presentes la visión que tiene sobre esta problemática.
"Su sueño es que no exista indiferencia política, ni inacción por parte de los gobiernos, que cesen las intimidaciones, las amenazas, y que no haya más asesinos que violen el derecho de los niños a asistir a la escuela", ha destacado Brown.
En Pakistán, cinco millones de niños no van a la escuela, un número que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), sólo es superado por Nigeria, en donde hay más de diez millones de menores, la mayoría niñas, que no tienen derecho a la educación.