La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos y la sede de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ) de Reino Unido han burlado los sistemas de seguridad en Internet descifrando la información confidencial de sus usuarios, según documentos filtrados por el ex agente de la NSA Edward Snowden a los diarios 'The New York Times' y 'The Guardian' y a ProPublica.
Los documentos de Snowden revelan que "durante la última década la NSA ha llevado a cabo un agresivo esfuerzo para romper las tecnologías de cifrado en Internet más usadas" con el fin de que "las grandes cantidades de datos que estaban descartadas ahora puedan ser explotadas".
La NSA habría desarrollado una serie de métodos encubiertos para acceder a la información --operaciones bancarias e informes médicos, entre otras-- cuya confidencialidad está supuestamente garantizada por las empresas de Internet a los usuarios.
Al parecer, lo habría conseguido introduciendo una serie de puntos débiles --a los que se refiere como "puertas traseras"-- en los sistemas de cifrado más usados en Internet para acceder a "grandes cantidades de información" a través de las redes de fibra óptica.
Ello habría sido posible gracias a una alianza encubierta con las grandes empresas. Aunque en los documentos de la NSA no se especifica cuáles, los del GCHQ revelan su cooperación con Hotmail, Google, Yahoo y Facebook para acceder a los correos electrónicos.
También lo habría logrado gracias a su influencia encubierta sobre los estándares internacionales de sistema de cifrado de información en Internet. "La NSA se convirtió en su único editor", reza uno de los documentos de Snowden.
Así, el NSA habría conseguido hacer los sistemas de cifrado "más accesibles" y "dar forma" al mercado mundial para "introducirse en el flujo de datos que circula a través de los proveedores de comunicaciones", en concreto a los sistemas P2P.
"Es el precio que Estados Unidos tiene que pagar para mantener un acceso irrestricto al uso del ciberespacio", argumenta la NSA en estos papeles, en los que se refiere a los usuarios de Internet como "enemigos".
Los documentos de Snowden revelan que la NSA todavía no ha conseguido romper todos los sistemas de cifrado y que, en particular, se le resisten los incorporados a los teléfonos móviles inteligentes de cuarta generación (4G).
La NSA ha destinado 250 millones de dólares (190 millones de euros) anuales a este proyecto. Desde 2011, el coste se ha disparado hasta los 800 millones de dólares (609 millones de euros).