“Estoy desafiando la competencia de este tribunal”, afirmó alterado Karadzic cuando el juez Ian Bonomy le pidió que se declarase culpable o inocente de los crímenes que presuntamente perpetró durante la guerra de Bosnia, entre 1992 y 1995.
Ante el segundo intento del magistrado para que Karadzic respondiera a los once cargos que pesan sobre él, el acusado reiteró su negativa y afirmó: “Este tribunal no tiene derecho a juzgarme”.
El ex presidente de la República Srpska (la parte serbia de Bosnia) volvió a alegar la supuesta inmunidad que, según él, le ofreció el entonces asistente del secretario de Estado de Estados Unidos durante el Gobierno de Bill Clinton, Richard Holbrooke, al final de la guerra de Bosnia.
Karadzic se representa a sí mismo, sin abogado, para afrontar dos acusaciones de genocidio y crímenes de guerra y lesa humanidad, en una lista en la que destaca la muerte de casi 8.000 musulmanes varones, incluidos niños, en el enclave de Srebrenica en 1995, y el asedio de Sarajevo, en el que fallecieron miles de personas.
Antes de que el serbobosnio pudiese continuar con su alegato, el juez Bonomy le cortó para recordarle que el objetivo de la vista que se estaba celebrando se limitaba a que se pronunciase sobre los cargos.
Karadzic reiteró su decisión de no declarar por las razones que había expuesto.