Los dos agentes de Policía que mataron esta semana en Santa Rosa (California) a un niño de trece años al confundir su fusil de juguete con un arma real tardaron menos de diez segundos en dispararle tras observar por primera vez al menor, según ha informado la Policía.
Posteriormente, los dos oficiales de Policía que dispararon al menor tardaron 16 segundos en llamar a los servicios de emergencia, según la secuencia de hechos divulgada por la unidad de la Policía que investiga este incidente registrado en Santa Rosa, una localidad del norte de California.
Vestido con una sudadera con capucha, Andy Lopez Cruz llevaba un fusil de juguete que disparaba balines de plástico cuando fue abatido por los agentes, según la versión de la Policía. El menor también llevaba en el pantalón una pistola de juguete.
La autopsia realizada este jueves ha encontrado siete balas en el cuerpo del niño, dos de las cuales causaron heridas mortales de necesidad. Los investigadores creen que uno de los policías disparó ocho balas.
Los dos mandos policiales que participaron en el tiroteo que acabó con la vida del niño, pertenecientes a la Oficina del Sheriff de Sonoma, han sido apartados de su puesto hasta que terminen las investigaciones. El incidente está siendo investigado por el Departamento de Policía de Santa Rosa y por otras agencias de seguridad.
Este suceso ha hecho que se reavive el debate sobre la necesidad de crear un cuerpo civil que revise las posibles negligencias de las fuerzas de seguridad. "La gente tiene que hacer algo", ha asegurado Elbert Howard, miembro fundador del Centro de Ayuda del condado de Sonoma.
"Era un niño y tenía un juguete. Abatirlo a disparos es la consecuencia de una reacción excesiva", ha explicado.