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\"La Carretera N-340 y su futuro\"

\"Una nueva amenaza se cierne sobre la CN-340 o A7... Propiciada desde la corporación municipal de Estepona, existe una propuesta de “rebaja” oficial de la categoría de esta vía entre Fuengirola y Estepona con el objeto de hacer factible la actuación sobre la misma...\"

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Leo en un periódico de difusión nacional, hace unos días, un artículo relativo a la discusión que se trae en los ámbitos técnicos y administrativos al hilo de las polémicas rotondas, lo cual me lleva a reflexionar sobre la amenaza que se cierne sobre nuestra carretera nacional 340 o autovía A7, según se quiera.

La CN-340 es la columna vertebral de las comunicaciones en la Costa del Sol Occidental. A lo largo de las últimas décadas ha sido modificada en su trazado, ampliada, desdoblada su calzada, adquiriendo finalmente el rango de autovía en la mayor parte del trayecto entre Málaga y Estepona. De hecho de Torremolinos a Fuengirola reúne las características de autopista, por anchura de carriles, arcenes y medianas, radios, pendientes, control total de accesos y enlaces a distinto nivel, elementos que definen en esencia dicha categoría. Desde Fuengirola a Estepona digamos que se alcanza una solución de compromiso, calzada desdoblada con doble carril, que en puridad no se puede denominar  autovía pues no reúne las características que corresponden a este tipo de vías, a pesar de lo cual se la viene asimilando a este nivel y más bien que mal cumple la función de absorción de la mayor parte del tráfico automovilístico generado en una concentración urbana que se extiende a lo largo de 80 km de costa,  muy singularmente para los trayectos medios y cortos. La existencia de una autopista de peaje que discurre paralela completa la oferta viaria en el tramo.

Dadas sus características, la A7 o CN-340 mantenía una limitación de velocidad a 100 km/h, similar a la vigente en carreteras de la red principal. No hace muchos años que la administración central decidió reducir dicha limitación a 80 km/h, decisión que vino acompañada de no pocas protestas de los usuarios. Para reforzarla coercitivamente las autoridades competentes han acotado un tramo de 5 km con control de velocidad por radar a su paso por el T.M. de Mijas. Es curioso observar cómo los conductores dedican más atención a mantenerse bajo este límite de velocidad que a su propia conducción, con el riesgo que entraña. En fin, decisiones a veces poco justificadas ni suficientemente explicadas que, por cierto, los partidos políticos asumen en sus campañas electorales como objetivos a enmendar y que tras su llegada al poder olvidan.


Una nueva amenaza, digo, se cierne sobre la CN-340 o A7, como se prefiera. Propiciada desde la corporación municipal de Estepona, existe una propuesta de “rebaja” oficial de la categoría de esta vía entre Fuengirola y Estepona con el objeto de hacer factible la actuación sobre la misma sin los condicionantes que las características de autovía presentan: una carretera nacional no exige doble carril por sentido, ni calzadas separadas, accesos y enlaces se pueden regular mediante rotondas (ver tramo entre Estepona y Guadiaro), y de camino se ajardinan y ornamentan medianas y arcenes. Se podría asimilar a una “bulevarización” de la carretera, su transformación en calle interurbana.

¿Cuál sería el resultado? Se disminuiría drásticamente la capacidad de la vía, se incrementarían enormemente los tiempos destinados al trayecto más insignificante, se generarían fenomenales atascos a la entrada de rotondas, multiplicados en la época estival cuando la demanda de tráfico se triplica o cuadruplica. ¿Qué alternativa queda? Derivar el tráfico de trayecto medio a la autopista de peaje, pues absorber el trayecto corto es inviable, con la consiguiente carga económica para el usuario: hay que recordar que con un precio por kilómetro de más de 25 céntimos en temporada estival la AP-7 es la autopista más cara de España. Para quien no quiera o pueda asumir este precio no le queda otra alternativa que la del “ajo y agua”, resignarse a duplicar o triplicar sus tiempos de desplazamiento y a costear el incremento del consumo de carburante.

No se entiende que ideas como esta se les puedan ocurrir a quienes gobiernan en el ámbito local. En vez de facilitar la vida al ciudadano pareciesen disfrutar con fastidiarle permanentemente. El Ministerio de Fomento, titular de la CN-340, guarda en sus cajones el proyecto de mejora de accesos y vías de servicio a todo lo largo de esta carretera, actuaciones tímidamente iniciadas pero nunca acometidas seriamente. ¿Por qué no se exigen dichas actuaciones? Una excepción, largamente demandada por la ciudadanía y que ha supuesto la inversión de más de 75 millones de euros, el magnífico soterramiento a su paso por San Pedro, resultaría incongruente con la radical modificación de la definición técnica de la carretera. A nadie se le ocurre invertir semejante cantidad de dinero para hacer más fluido el tráfico en dicha travesía, evitar cruces con semáforos, dotar a la vía de una mayor capacidad y acto seguido hacer todo lo contrario en el resto de dicho itinerario.

En fin, advertidos quedamos. Esta propuesta afectaría a la mayoría de usuarios de esta vía en toda la Costa del Sol Occidental, no exclusivamente a los procedentes de los términos por donde discurre. En mi opinión es descabellada, antisocial y claramente sectaria.

Nota: Recién comienza el año 2014 y a las empresas concesionarias de autopistas se les autoriza un incremento del 2% del precio de los peajes… No se entiende esta política, menos aún cuando están despidiendo masivamente a operadores de control de peaje y sustituyéndolos por cajeros automáticos, véase el caso de nuestra AP-7, sin ir más lejos.

José Manuel Susino
Ingeniero de Caminos, C. y P.

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