Al menos 133 niños han muerto o han sido mutilados en los dos últimos meses en República Centroafricana (RCA), según ha denunciado este viernes el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), cuyo personal en la zona está "horrorizado por la crueldad y la impunidad con la que estos niños" están siendo víctimas de la violencia en el país.
Según UNICEF, en las últimas semanas se han registrado niveles de violencia contra los niños "sin precedentes" durante los ataques sectarios y las represalias producidas entre las milicias 'antibalaka', principalmente cristianas, y los excombatientes Séléka, predominantemente musulmanes, "actos que constituyen una grave violación de los derechos de los niños".
"Cada vez hay más niños que son objetivo de los ataques por su religión o por su comunidad", ha denunciado el director regional de UNICEF para África Occidental y Central, Manuel Fontaine, en un comunicado. "La violencia sectaria en República Centroafricana se ha intensificado, tanto en la capital Bangui, como en el oeste y centro del país", ha precisado.
UNICEF ha confirmado que se han producido casos de decapitación y mutilación de niños de manera intencionada y es consciente de que hay niños que han sido heridos en el fuego cruzado, a los que se les ha tenido que amputar extremidades debido a que la inseguridad les impedía llegar a tiempo al hospital para recibir tratamiento.
Sólo en la ciudad de Boali, al noroeste de la capital, una de cada cuatro víctimas ha sido niños, contabilizándose 22 muertos y 42 heridos desde principios de diciembre, precisa el comunicado.
La agencia de la ONU ha subrayado que si bien la violencia se produce desde todos los grupos, "recientemente las poblaciones musulmanas están siendo el principal objetivo de los ataques", provocando la evacuación de comunidades enteras y un aumento significativo en el número de niños no acompañados, separados de sus familias. "Estos niños están particularmente en riesgo", ha alertado UNICEF.
Así las cosas, ha hecho "un llamamiento al Gobierno, la comunidad, líderes de la sociedad civil y religiosa que cuentan con la confianza de sus comunidades para que ayuden a poner fin a esta violencia y para trabajar juntos hacia la reconciliación".
"No hay futuro para un país en el que los adultos pueden atacar con violencia a niños inocentes con total impunidad", ha advertido Fontaine, defendiendo que "todos los niños en República Centroafricana deben ser protegidos".
INVESTIGAR LOS CASOS
Según UNICEF, las graves violaciones contra los niños deben ser investigadas, juzgadas y penadas por la ley. Ademásm, los grupos armados y las milicias deben ser desarmados inmediatamente, y se debe permitir que la asistencia humanitaria imparcial llegue a los menores en mayor riesgo.
Asimismo, las fuerzas nacionales, las fuerzas de la Unión Africana y las tropas francesas deben restablecer la seguridad para que las familias puedan regresar a sus hogares, y se debe trabajar para promover la reconciliación. En este sentido, según UNICEF, el Gobierno de transición, la sociedad civil, religiosa y organizaciones de jóvenes tienen que trabajar juntos para "inclinar la balanza del miedo hacia la reconciliación.
"Los ataques contra los niños deben ser denunciados sistemáticamente por la sociedad civil, el Gobierno de transición, las organizaciones internacionales y los medios de comunicación", ha remachado Fontaine, recalcando que "la impunidad debe terminar".