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El \"efecto Contra\" no funciona en un empate loco entre Getafe y Granada

Sin Luis García en el banquillo, destituido esta semana, el juego del Getafe no mejoró

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El estreno de Cosmin Contra no funcionó al cien por cien y el Getafe no consiguió llevarse la victoria ante el Granada, que consiguió sumar un punto en un empate loco (3-3) que dejó al conjunto madrileño a las puertas de las posiciones de descenso.

Sin Luis García en el banquillo, destituido esta semana, el juego del Getafe no mejoró. Cambió la actitud de los jugadores, mucho más agresivos, como anunció Contra a lo largo de la semana. Los hombres del rumano se convirtieron en auténticos guerreros hambrientos necesitados de una victoria urgente.

El número de partidos que llevaban sin ganar eran demasiados. La cifra de doce choques sin ganar nunca se había visto por la ciudad del sur de Madrid. Por eso, por honor y gallardía, tal vez los jugadores azulones salieron a morder desde el principio. Las ideas eran escasas, pero la actitud era diferente.

Fruto de ese empuje inicial, arropados por una afición que por fin respondió a la llamada de socorro del club, los futbolistas del conjunto madrileño se adelantaron pronto en el marcador con un tanto del rumano Ciprian Marica, que se recorrió toda la banda para plantarse delante de Roberto Fernández y abrir el marcador con un disparo cruzado que acabó en la escuadra de la portería andaluza.

La grada del Coliseum enloqueció. Había pasado una eternidad desde que vio un gol de su equipo. La táctica de Contra, con dos delanteros en la punta de ataque, parecía haber funcionado. Además, lo hizo sacrificando a pocos de los habituales de Luis García. El más llamativo fue Borja Fernández, un clásico en sus alineaciones que vio el partido desde la grada.

Pero el Getafe, pese a esa garra que no dejó de lado en todo el duelo, no pudo controlar el juego. El Granada se hizo dueño y señor del partido y pronto comenzó a generar ocasiones. La primera, tras un error de Jordi Codina que solventó él mismo tras sacar un mano a mano al francés de origen marroquí Youssef El-Arabi.

Poco después lo intentó el colombiano Jeison Murillo, con un cabezazo a bocajarro que sacó como pudo el portero del Getafe. Culminó el carrusel de ocasiones el ghanés Mohammed Fatau, que mandó al larguero un disparo desde fuera del área.

A la cuarta fue la vencida e Iván Sánchez "Riki" consiguió igualar la contienda tras aprovechar un pase de El Arabi que cogió la espalda de Sergio Escudero. El ex jugador del Getafe no perdonó delante de Codina y subió el empate al marcador.

Mientras, el cuadro azulón seguía a lo suyo. Mucha fuerza pero poco más. Bastante hacía con frenar las acometidas del Granada, que se marchó al descanso con un mazazo en el cuerpo. Se lo dio el argentino Lisandro López, con un cabezazo inapelable que puso por delante al Getafe antes del cierre del primer acto.

El equipo de Contra había disparado sólo dos veces a portería, pero el éxito fue rotundo. Con Luis García, el Getafe necesitaba cientos de tiros para hacer gol. Una semana después de su marcha, bastó un par para anotar más que en el último mes. Tal vez fue suerte, tal vez acierto.

El paso por los vestuarios no trajo ningún cambio en el devenir del duelo. De nuevo, el Getafe vivió arrinconado en su campo, casi en su área, con el Granada acosando sin piedad a su rival para volver a igualar el marcador.

No tardó en conseguirlo, por medio de El-Arabi, que cabeceó a la red un centro del ghanés Mohammed Fatau desde la banda izquierda que acongojó a todo el público del Coliseum. El destino parecía sellado para el Getafe, un empujón más y estaba destinado a caer.

Entonces apareció la diosa fortuna para los hombres de Contra, que vieron como el chileno Manuel Iturra veía la segunda cartulina amarilla y dejaba al Granada con diez. El Getafe aprovechó pronto al instante esa expulsión y Ángel Lafita, en otra jugada aislada, hizo el tercero para los madrileños.

Todo parecía finiquitado y listo para sentencia, pero no fue así. La historia de Cosmin Contra en el Getafe estuvo plagada de benditas locuras que, en su estreno en el banquillo, transmitió a sus jugadores. Éstos se durmieron en un córner para que El Arabi hiciera el 3-3 y después Sergio Escudero vio su segunda cartulina que dejó a ambos equipos con el mismo número de jugadores a diez minutos del final.

Tantas emociones agotaron a Granada y a Getafe, que intentaron sin éxito marcar el séptimo gol de la noche. Al final, el cuadro de Lucas Alcaraz saboreó un punto que le mantiene lejos del descenso y el Getafe sumó otro que le podría meter de lleno en el infierno de la Segunda División.

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