Palabras y más palabras. Tantas que ya cansan y hartan. Enemigos ajenos y propios que poco o nada han ayudado a encontrar el camino deseado a un equipo inconexo e indolente. Viendo la temporada realizada, muchas lecturas -algunas más comprometidas de las deseadas- se podrán hacer. Gestos que han retratado una temporada para desterrar y para reflexionar a unos y a otros.
A éste Recre le han sobrado demasiadas semanas en su paupérrimo campeonato. Autocrítica que deben servir para aprender de errores. Un equipo que ha entonado con más ligereza de la deseada ser el primer de la ciudad y que no ha estado en buena parte de la misma a la altura de lo esperado. Con 13 futbolistas. 13, ni uno más ni uno menos. 13 han sido los que han estado en el Campo de La Juventud.
Ésa que entona ser el divino tesoro. Confianza mal entendida por los que tomaron en la oportunidad al favor de la ocasión de jugar en el primer equipo. El mismo que sirvió de azote para pedir sin dar y el que desangra ante futbolistas que encontraron la excusa del escaqueo, la desidia y la inutilidad de abanderar un proyecto con interrogantes. Demasiados.
13 razones y demasiados razonamientos. En una guerra de guerrilla, el ruido ha seguido acompañando al equipo semana tras semana. Deportiva e institucionalmente ha resultado todo un bochorno. Para hacer valoraciones y tomar decisiones. Con un final inesperado y de vergüenza. Los defendidos a capa y espada con argumentos idealistas no estuvieron acorde a lo esperado.
La sangría se ha venido viendo y padeciendo semana tras semana en forma de ausencias, muchas de ellas sin justificación ni en las formas ni en las maneras. La derrota ante el colista y descendido semanas atrás, el Federico Mayo sumó la cuarta victoria liguera. Cuatro veces. Y sin entrenador.
Ése es el inmenso bagaje. Roto, a pedazos y con 13 jugadores, el Recre quería -o eso decían algunos- finiquitar el campeonato de la mejor forma posible y cerrar la etapa ante el desahuciado equipo jerezano. Más palabras.
¿El partido? Intenso, inconmensurable en algunos -los menos-, con ocasiones perdidas, con palos, con… lo de siempre. Nada nuevo. 4-3, ésa es la lectura simplista y rápida de un partido, otro más, para descatalogar. Eso sí, 13. Ni uno más ni uno menos.
