Las Fuerzas de Seguridad españolas y marroquíes "extreman" desde primera hora de la mañana de este miércoles los controles sobre vehículos y peatones en el paso fronterizo del Tarajal, donde ayer se registraron graves disturbios con miles de porteadores del Reino alauita que han dejado dos policías nacionales heridos de "cierta gravedad", uno con un corte por arma blanca en un brazo y otro con una fuerte contusión en una pierna a causa de una pedrada.
Según han explicado a Europa Press fuentes de la Delegación del Gobierno en Ceuta, a ambos lados del Tarajal, el único paso oficial habilitado para el tránsito de personas y automóviles entre ambos países, se ha reforzado la presencia policial para evitar que se reproduzcan los incidentes, que se saldaron con 28 agentes de la Policía Nacional y una veintena de ciudadanos marroquíes heridos.
Tal y como ha podido comprobar Europa Press, el tráfico en sentido salida hacia el país vecino aparece absolutamente despejado mientras que el procedente del Reino alauita registra atascos de vehículos de dos kilómetros que a las 9.30 horas ya se acercaban hasta la vecina localidad de Fnideq, de donde proceden parte de las miles de personas que cada día entran en Ceuta sin necesidad de visado para trabajar o comprar y llevar mercancías a través del puente del Biutz, sin controles aduaneros.
Las distintas Fuerzas de Seguridad marroquíes han establecido varios puntos de control de viandantes y automóviles tanto en la infraestructura fronteriza de Bab Sebta como antes de acceder a la misma y en las puertas del puente internacional que da acceso a suelo jurisdiccional español.
En esa zona se coordinan con la Policía Nacional, que mantiene varias unidades de la Unidad de Intervención Policial (UIP) sobre el terreno para prevenir nuevos altercados como los de este martes, que obligaron a cerrar totalmente el paso durante más de cinco horas, entre las 10.00 y las 16.00 horas aproximadamente.
Fuentes policiales atribuyen el recrudecimiento del caos fronterizo a un cúmulo de factores que incluye el desarrollo del mes sagrado de ayuno musulmán de Ramadán, que comenzó el pasado 29 de junio y que multiplica el número de marroquíes que acceden a Ceuta a adquirir todo tipo de mercancías; al "malestar" del colectivo de porteadores con la regulación de sus idas y vecinas con distintos productos y a la elevación del nivel de alerta antiterrorista en el Reino alauita.