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España

El deshielo Cuba-EEUU puede haber empezado pero requerirá años

La V Cumbre de las Américas deja la impresión de que ha comenzado el deshielo entre Cuba y Estados Unidos, pero el presidente Barack Obama solo ha dejado el conflicto donde lo encontró en 2001 su antecesor, George W. Bush, y en Cuba hay ofertas de diálogo pero no pasos concretos.

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La V Cumbre de las Américas deja la impresión de que ha comenzado el deshielo entre Cuba y Estados Unidos, pero el presidente Barack Obama solo ha dejado el conflicto donde lo encontró en 2001 su antecesor, George W. Bush, y en Cuba hay ofertas de diálogo pero no pasos concretos. 

Analistas y diplomáticos consultados por Efe coinciden en que será mejor esperar sentados la normalización de relaciones de La Habana y Washington, que puede llevar años o lustros tras medio siglo de batallas retóricas, económicas, militares y de espías, con heridas en carne viva, duelos recientes y odios arraigados. 

Y ello partiendo de la premisa de que el deshielo se volverá realidad, porque también hay quienes señalan grandes posibilidades de que fracasen los actuales líderes de los dos países en este amago de reconciliación, como ya ha ocurrido en el pasado. 

El mismo Fidel Castro, primer secretario del gobernante Partido Comunista de Cuba, ha reiterado que cree en la buena fe de Obama, pero que duda de que baste para cambiar el rumbo del “imperio”. 

Todos los observadores reconocen que ambas partes han mostrado en los últimos días buena voluntad –Obama eliminó las trabas que padecían los cubanoamericanos para viajar a la isla, mientras Raúl y Fidel Castro se declaran dispuestos a dialogar “de todo”–, pero añaden que es una luz muy tenue al final de un muy largo túnel. 

Anotan que incluso el principal consejero económico de la Casa Blanca, Larry Summers, ha dicho que “está lejos” el fin del embargo que Washington aplica a Cuba desde 1962, que no ocurrirá hoy ni mañana, y que depende de la actitud de La Habana. 

“Del bloqueo no se dijo una palabra”, tituló Fidel Castro uno de los muchos artículos de ‘Reflexiones’ que ha escrito en los últimos días. 

Obama ofreció el viernes un “nuevo comienzo” en las relaciones de su país con Cuba y afirmó que es necesario dejar atrás los agravios del pasado para afrontar los desafíos del futuro. 

El gobierno de Raúl Castro no ha respondido oficialmente, pero el diario estatal Juventud Rebelde destacaba ayer que el principal aliado de Cuba, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, regaló a Obama el sábado “un libro recordatorio de que la historia no se olvida, porque sobre ella se reconstruye”.

Los analistas consultados en La Habana opinan que es natural que el régimen cubano se aferre a las glorias de su pasado en el año en que se celebran los 50 años de su revolución, en vista de que el presente deprime, por estar instalada la isla en una crisis económica crónica, y el futuro es aún muy incierto.

Algunos observadores creen que las negociaciones entre los dos lados del Estrecho de La Florida ya comenzaron en secreto, aunque sin precisar cómo: unos opinan que son directas y otros mencionan mediadores como el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva.

Diplomáticos veteranos como el ministro de Exteriores de Lula, Celso Amorim, alertan sobre el peligro de crear expectativas que no pueden cumplirse a corto plazo, y otros piden a los contendientes no poner condiciones para dar los siguientes pasos, ni lanzar retos sobre si la pelota está en uno u otro tejado.

“Creo que ahora, en vez de estar discutiendo los próximos pasos, lo que tiene que haber es un diálogo directo”, dijo Amorim.

Los diplomáticos consultados también recomiendan tomar con calma y prudencia lo que digan las partes, que deberán hacer filigranas para conciliar los eventuales gestos de buena fe con el discurso para el consumo interno de cada país, ambos en situaciones críticas y acostumbrados a los rayos y centellas de 50 años de confrontación.

Si se juzga el inicio del deshielo por la actitud de Chávez y los demás aliados de Cuba en la Cumbre de las Américas, que reunió a todos los gobiernos del continente menos el de Castro, puede decirse que “ya están negociando”, porque no le “reventaron” la reunión a Obama y derrocharon simpatía, opina un veterano analista.

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