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Un rehén del secuestro de un local de Sídney murió por el rebote de las balas

"La señora Dawson fue golpeada por seis fragmentos de las balas", señaló Jeremy Gormlry, el asistente del juez que preside la investigación

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  • Secuestro.

Uno de los dos rehenes fallecidos durante el secuestro de una cafetería en Sídney el pasado 15 de diciembre murió a consecuencia del rebote de las balas disparadas por la Policía, hizo público hoy uno de los investigadores de los hechos.

Katrina Dawson, abogada de 38 años y madre de tres niños, y el gerente del local, Tori Johnson, de 34 años, perdieron la vida durante el asalto policial al establecimiento tomado por el autoproclamado clérigo iraní Haron Monis.

"La señora Dawson fue golpeada por seis fragmentos de las balas", señaló Jeremy Gormlry, el asistente del juez que preside la investigación.

El portavoz también explicó que Johnson fue asesinado por el secuestrador con un tiro en la cabeza.

"El señor Johnson fue obligado por el señor Monis a arrodillarse en el piso de la cafetería", acotó Gormly al añadir que después "le disparó sin mayor aviso o advertencia en la parte trasera de la cabeza".

El arma estaba a unos 75 centímetros de distancia y probablemente el joven murió instantáneamente.

El asesinato fue visto por un policía francotirador "lo que resultó en la orden inmediata de forzar la entrada a la cafetería", en un operativo en el que salieron heridos a causa de las balas disparadas por las fuerzas del orden tres de los rehenes y un agente, explicó.

Monis, refugiado iraní quien antes del incidente ya estaba fichado por la justicia australiana, recibió 22 tiros por parte de los agentes de la Unidad de Operaciones Tácticas.

"Las circunstancias en que ocurrieron esas muertes (de los rehenes) ponen sobre la mesa cuestiones relevantes a la seguridad actual y la sensación de seguridad de la población y eso demanda una respuesta rápida", remarcó Michael Barnes, juez instructor estatal que preside la investigación, en el discurso de apertura.

Barnes expresó sus condolencias a los familiares y amigos de los fallecidos y alertó que a pesar de que en el transcurso de la investigación se dé la impresión de ser muy "clínicos" o "impasibles" no supone que se ha olvidado el dolor y el duelo de la gente.

La investigación se centrará en los detalles de la muerte, los asuntos de seguridad relacionadas con Monis como su vigilancia, su libertad condicional y su salud mental, así como si el secuestrador tenía vínculos terroristas.

También serán parte de este proceso la gestión de las demandas y la situación de los rehenes, el papel de las redes sociales y si las muertes pudieron ser evitadas, entre otros aspectos.

El asistente del juez manifestó que "mucha información provendrá de los rehenes" debido a la ausencia de las cámaras de seguridad dentro del café, aunque se tienen imágenes de lo que pasó fuera de él.

También agregó que "si ha habido errores en la gestión del secuestro, éstos serán expuestos".

El Gobierno de Australia y del estado de Nueva Gales del Sur también investigan de forma conjunta cómo Monis pudo acceder a un arma, la información que tenían sobre él las agencias de seguridad y las razones por las cuales se le otorgó la libertad condicional en el caso del asesinato de su exesposa y las acusaciones por delitos sexuales.

Asimismo la Policía investiga las acciones de los agentes durante el secuestro.

El ministro de la Policía de Nueva Gales del Sur, Stuart Ayres, comentó hace unos días que esta investigación ayudará a entender qué paso realmente en el café Lindt, situado en pleno corazón financiero de la ciudad de Sídney, pero aseguró que se siente orgulloso del trabajo de las fuerzas de seguridad en esta tragedia.

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