El Teatro de la Maestranza acogerá del 6 al 14 de febrero la ópera 'Norma', que conjuga la "pasión exaltada" con la "melancolía" en uno de los grandes dramas románticos 'belcantistas' que fue aplaudido tanto por Verdi como por Wagner.
El espectáculo relata la trágica historia de una sacerdotisa sometida a las dramáticas tensiones entre el voto religioso, el amor, el deber a su pueblo y la venganza, temas que sirvieron a Vincenzo Bellini para construir una heroína imperecedera y uno de los títulos más populares del repertorio.
La soprano Daniela Schillaci junto a la celebrada 'mezzo' italiana Sonia Ganassi, el tenor Sergio Escobar, Rubén Amoretti, Vicenç Esteve Madrid y Mireia Pintó, protagonizan esta intensa apoteosis del 'bel canto' y la melodía, pletórica de hermosas arias como 'Casta diva', en una producción del Teatro Regio de Turín, bajo la dirección musical de Maurizio Benini --un especialista en los repertorios italiano y francés que ha dirigido en el Metropolitan, Scala y las grandes casas de ópera del mundo-- al frente del Coro del Teatro de la Maestranza y la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. La producción, del Teatro Regio de Turín está dirigida escénicamente por Vittorio Borrelli, sobre la idea original de Alberto Fassini.
Bellini (Catania, 1801 - París, 1835), hijo de familia de músicos y formado en un Nápoles dominado musicalmente en su época por un profesorado conservador y anticuado, supo brillar rápidamente por su extraordinaria capacidad melódica, que lo convirtió de inmediato en el compositor operístico italiano mejor pagado de su tiempo.
Su colaboración con Felice Romani --también libretista de 'Norma', un escritor prerromántico de planteamientos teatrales básicamente clásicos-- es célebre y produjo títulos imperecederos como 'El pirata' o 'La sonnambula'. Bellini, un creador afectadamente romántico, que los especialistas suelen citar como arquetipo del compositor arrastrado por las pasiones existenciales de su tiempo, trabajó siempre sobre los esquemas de la ópera seria.
Su éxito, que él supo capitalizar convirtiéndose en el empresario de sí mismo, le permitió escribir solo una ópera al año, licencia creadora que otros compositores mucho peor pagados, como Donizetti, no pudieron permitirse, contribuyendo así a la dignificación de las condiciones de trabajo, como subraya Cosme Marina. Viajero habitual de una Europa que lo acogió como a un artista ilustre y demandado, Bellini murió en 1835 en Puteaux, un suburbio de París, a causa de las complicaciones de una disentería.
'Norma', elaborada con su habitual escritura "fácil" en solo tres meses de 1831, es otra expresión de su adscripción al drama romántico pseudohistórico --de gran tradición francesa-- envuelto en una bellísima escritura lírica, una armonía tan refinada como expresiva y un acento "elegiaco", como indica Marina, que lo sitúan en las proximidades de Chopin, quien, como Berlioz, Verdi o Wagner, celebraron su don melódico.
El estreno de 'Norma' en La Scala de Milán el 26 de diciembre de 1831 no fue, realmente, un éxito, pues el público respondió con frialdad. Sin embargo, y en carta a su amigo Florimo, Bellini se muestra esa noche plenamente consciente del valor de su obra cargada de instantes musicales, "que me gustan tanto que te confieso que sería feliz de poder hacer algo parecido el resto de mi vida artística".
