Con 11 años cogió por primera vez una cámara de fotos, y asegura que ya le encantó la sensación. Aficionada a repasar álbumes de su abuela y fotografías familiares, se decidió por la fotografía con sólo 19 años; durante cuatro años estuvo en Málaga, donde también se inició en diseño gráfico. Fue sin embargo en 2009, tras que le regalaran una cámara, que desarrolló todo el ingenio que encerraba; se había empapado de libros y de todo tipo de conocimientos en torno a la fotografía y al arte; y ello le permite vivir hoy día de su mayor pasión: hacer fotos.
Ana Becerra Melgar vivió durante años en Almería, pero regresó hace unos meses a Ronda, donde asegura encontrar toda una fuente de inspiración para su trabajo. Esta semana, una de sus fotografías ha sido elegida por la prestigiosa firma de moda Vogue en un blog que escoge periódicamente las mejores imágenes presentadas por fotógrafos de todo el mundo: “El mérito quizá haya estado en que cogieron la fotografía a la primera; es mucho más fácil para los fotógrafos que son más constantes. Pero me decidí a publicar una foto y, pese a que los criterios de elección son absolutamente relativos, a alguien le gustó y la eligieron”.
Becerra puede vivir de la fotografía. Trabaja como freelance; da cursos de formación y hace sesiones fotográficas. Y todo ello sin abandonar la parte más artística de la imagen, mediante decenas de proyectos personales.
“Hay que tener paciencia, constancia y el propósito de confiar en lo que haces. Si puedes dedicarle el tiempo que necesitas, sí se puede vivir de la fotografía”, afirma, tras definirse como “cabezota y constante”. Madrugó para leer durante años; si no tuvo dinero para hacer un curso, lo pidió para poder hacerlo, “y aún así, estoy en un continuo experimento, creciendo poco a poco”, afirma.
Respecto a Ronda, admite que “es un gran decorado”. Así, afirma que “aunque tuviera dinero no montaría un estudio”. Y es por ello que los paisajes naturales del entorno de la ciudad y las propias calles rondeñas dan sentido a sus imágenes: “Los recursos que tenemos en Ronda son impresionantes. Me gusta mucho la luz natural, que es la adecuada para alguien que, como yo, trabaja con un objetivo fijo, su cámara y la luz natural”. Ronda, según Ana Becerra Melgar, “tiene una luz preciosa y unos interiores preciosos. Está llena de texturas, perspectivas, colores impresionantes y líneas infinitas”.
La mujer, especialmente; y casas antiguas o lugares abandonados. Juegos con las formas; y con el color. Belleza extrema. Basta con ver las imágenes de Ana Becerra Melgar para entender sus oníricos espacios, que la artista está dispuesta a regalar. Es por ello que para esta próxima Semana Santa, como ya hiciera hace meses, piensa de nuevo en repartir algunas de sus imágenes por lugares públicos de Ronda para regalarlas a quienes las encuentren. Y ello mientras prepara una nueva exposición que completará la experiencia de aquella otra que se llamó ‘Retrospectiva’. Ahora, frente a todas aquellas viejas situaciones, con mantilla negra, que revivían todas esas experiencias del pasado que viven en el presente, ‘Introspectiva’ pretenderá “un análisis del ahora”. Frente a las emociones llevadas al extremo, el color y la luz. Una mantilla blanca. Habrá que descubrirla.