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El Barça se lleva un clásico trepidante y se escapa como líder

Este resultado permite al conjunto de Luis Enrique Martínez afianzar el liderato de la Liga, con cuatro puntos de ventaja sobre el equipo del italiano Carlo Ancelotti

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El Barcelona ganó el clásico contra el Real Madrid (2-1) en un choque trepidante, una victoria que le sitúa ahora líder con cuatro puntos de ventaja respecto a los madridistas, que tuvieron en la primera parte la ocasión, incluso, de dejar sentenciado el partido.

El encuentro fue de un sufrimiento y agonía constantes, debido a que los dos equipos disfrutaron de numerosas ocasiones para llevarse el partido. En la primera, el Madrid desperdició la ocasión de haber encarrilado el encuentro y, en la segunda, fue el Barça el que pudo haber dejado el tanteador mucho más holgado.

Intensa primera parte, sin descanso alguno, en la que los dos equipos lo echaron todo, aunque en el global, a pesar del empate (1-1), fue el Real Madrid el que suscribió los mejores momentos de juego, especialmente en el tramo final, en el que incluso se regodeó con acciones espectaculares.

Antes de ello, el Barcelona fue el primero en asustar a Casillas, cuando Rakitic tuvo en el minuto 2 la primera ocasión de marcar. Sin embargo, el equipo de Carlo Ancelotti creció en unos minutos que arrancaron con una carrera sin obstáculo de Marcelo por la banda, recogió Benzema y Cristiano envió al larguero.

Isco en el siguiente minuto lo intentó desde lejos y el balón acabó en córner. El tercer golpe llegó de un remate de cabeza de Ramos sin peligro.

Era el minuto 13 y había un mensaje claro en el campo: el Barça se enredaba en el centro del campo, sin un Xavi (en el banquillo) que diese sentido al juego o un Busquets (también en el banco) que frenase la ofensiva rival, mientras que al Madrid le costaba casi nada llegar a las inmediaciones de Bravo.

La reacción azulgrana llegó en un chispazo, el que originó Messi enviando un balón al área en una falta que conectó de cabeza con precisión un actor inesperado, el francés Mathieu (1-0), después de que la zaga madridista hiciese más caso al movimiento de Piqué y descuidase al otro central.

Un premio que podría haber aumentado para los azulgrana cuando en un disparo errático de Luis Suárez el balón acabó en el dominio de Neymar pero el brasileño no reaccionó bien y su chut acabó en las manos de Casillas, que ya se sentía batido.

El 2-0 fue una ilusión que se desvaneció a los pocos segundos, cuando el conjunto madridista armó un contragolpe, el balón le cayó a Benzema, quien resolvió el pase a Cristiano con un taconazo y el portugués echándose al suelo envió el balón al fondo de las mallas (1-1).

Nadie se sorprendió en el Camp Nou del 1-1, ya que se mascaba que el Madrid iba a dar un golpe. Faltaba poco menos de un cuarto de hora y el Barcelona desconocía que iba a jugar los peores minutos de fútbol del año, debido al descontrol que sufrió su centro del campo y la incapacidad de sus defensores para achicar lo que se le venía encima.

El Real Madrid dio el paso adelante que le iba a colocar casi insistentemente en el área azulgrana, donde vivió también algo angustiado por la incapacidad que tuvo para marcar el 1-2, en un disparo de Modric, en un gol anulado a Bale por un fuera de juego de Cristiano, otro disparo del portugués y uno final de Bale en el 43 que acabó con el balón rozando el palo.

El equipo blanco entendió que el Barcelona no le iba a hacer daño por lo que generase el centro del campo, porque la creación era escasa y nunca tuvo superioridad, y además Messi estaba muy desconectado, sin encontrar su posición ni asociaciones.

En el minuto 4 de la segunda parte, el Madrid volvió a estar desacertado en la finalización de Banzema, cuando los blancos habían tejido una buena acción ofensiva.

Después de vivir unos minutos sin producir nada en el centro del campo, el Barcelona se inventó un pase desde el lateral, donde Alves vio a Suárez, quien cruzó el balón por raso batiendo a Casillas (2-1) en el minuto 56.

Modric, Kroos e Isco, no obstante, volvieron a tomarle el pulso al partido, controlando el centro del campo pero sin que ello tuviese un final feliz en el área azulgrana.

El partido entró a partir del 60 en una fase de tensión y contactos, que arrancó con una entrada de Mascherano a Cristino, quien desde el suelo le respondió con una patada y después Carvajal le dio un golpe en la cabeza, mientras que en la siguiente acción en un salto Iniesta puso el codo a Sergio Ramos, que tuvo que se atendido. El central andaluz vio la amarilla pocos instantes después por una entrada, en la octava cartulina des partido hasta entonces.

Estos momentos de fricción le fueron bien el Barcelona para atenuar a un Real Madrid que le había comido el terreno y podía dar una respuesta ofensiva que en la primera parte ya le dio resultado. Sin embargo, volvió a ser el Barça el que tuvo la ocasión de marcar, en un eslalon de Neymar en el 67 que dribló a todos sus oponentes que se salieron al paso desde el campo azulgrana, pero acabó con el balón alto, cuando también disponía de la opción de salar a Suárez.

Ancelotti cambió de centrales en el 72, entrando Varane en lugar de Pepe, y en el primer desajuste por el centro, Messi tuvo la ocasión de marcar gol. Neymar, al minuto, volvió a fallar en una aproximación de Messi, que le sirvió el balón en bandeja.

El Barcelona también movió el banquillo, tres minutos después, para dar entrada a Busquets y sacar a Rakitic, con la idea de consolidar un centro del campo que hacía aguas para los azulgrana, y en parte para que la pareja Busquets-Mascherano frenase el control que por momentos estableció el trío madridista en el eje (Modric, Kroos e Isco).

Benzema en el 32 disparó desde fuera del área, el balón tocó en el talón de Piqué y Bravo hizo la parada de la noche, desviando a córner el esférico. Un aviso del que el Barça tomó nota. Luis Enrique volvió a mover el banquillo para dar más control al centro del campo, y entró Xavi, mientras que Carlo Ancelotti sumó efectivos en ataque con la entrada de Jesé por un cada vez más apagado Isco.

Casillas, en el 40, sacó una mano ganadora el despejar un balón que se colaba tras un disparo de Alba, producto de una buena combinación con Messi que le habilitó en el área con un pase avanzado. Al minuto siguiente, nuevamente Casillas realizó un paradón echándose al suelo en un disparo de Messi.

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