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'La Condesa Sangrienta' vuelve en una edición ilustrada de la obra de Pizarnik

Perversa, enferma, macabra. Todos los calificativos se quedan cortos para La Condesa Sangrienta, Erzébet Báthory, la aristócrata húngara que asesinó a 650 jóvenes, y de quien Alejandra Pizarnik escribió un retrato estremecedor que ahora se publica con ilustraciones del artista Santiago Caruso.

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  • Una de las ilustraciones de Santiago Caruso para el volumen que ahora aparece en España de 'La Condesa Sangrienta'. -
Perversa, enferma, macabra. Todos los calificativos se quedan cortos para La Condesa Sangrienta, Erzébet Báthory, la aristócrata húngara que asesinó a 650 jóvenes, y de quien Alejandra Pizarnik escribió un retrato estremecedor que ahora se publica con ilustraciones del artista Santiago Caruso.

El libro, que publica en España Libros del Zorro Rojo, incluye la perturbadora historia de Erzébet Báthory (1560-1614), quien cometía estos perversos sacrificios y crímenes para bañarse en la sangre de estas muchachas que, según la magia negra que profesaba, le garantizaban belleza y eterna juventud.

La poeta argentina Alejandra Pizarnik, figura clave del siglo XX y con una aureola de poeta de culto, acrecentada por su suicido a los 36 años, en 1972; gran amiga y cómplice de Olga Orozco o Julio Cortázar, publicó este texto sobre la "vampira" en 1971, y aunque al principio iba a ser una crítica de la obra homónima de Valentine Penrose, acabó siendo uno los textos más importantes de la autora de El infierno musical, y con el que creyó que había encontrado "su estilo", según el editor.

Atraída por el monstruo, Pizarnik inicia este bello y convulso libro con citas de Sade, Artaud o Sartre que dice "El criminal no hace la belleza; él mismo es la auténtica belleza", y la autora añade: "la perversión sexual y la demencia de la condesa Báthory son tan evidentes que Valentine Penrose se desentiende de ellas para concentrarse exclusivamente en la belleza convulsa del personaje".

Con una prosa muy poética, la escritora argentina va relatando los episodios plagados de sangre de esta condesa que durante seis años se dedicó a cortar venas y arterias de jóvenes doncellas a las que tenía meses en las celdas y salas de torturas de su castillo.

A pesar de la protección que le ofrecían los Habsburgo, finalmente hacia 1616 le llegaron al Rey todos los informes de esta "dama" y después de "largas vacilaciones" ordenó prisión perpetua para ella dentro de su castillo. Tardó tres años en morir. En 1614, un cronista de la época escribía: "Murió hacia el anochecer; abandonada por todos".

Esta historia aparece ahora en España casi cuarenta años después, pero con un bello añadido: las ilustraciones simbolistas del artista argentino Santiago Caruso, quien durante años ha trabajado en este texto, al que complementa con veintiséis estampas que expresan esta leyenda con una belleza gótica y turbulenta.

"Leí el texto de Pizarnik en mi adolescencia y era perturbador. No se podrían entender las acciones de Erzébet Báthory si no se reparase en el profundo temor a la muerte", explica a Efe Caruso.

Y añade: "Pizarnik escribe que "nunca nadie no quiso de tal modo envejecer, esto es: morir'. Quizás ese temor es el que me iguala al personaje y desde ahí puedo hablar. El artista es quien busca rescatar la belleza de entre la polilla. Uno es enemigo de la muerte, y lucha desde el amor y el pensamiento. Aunque quizá aquí yo encarne a esta muerte para mostrar lo terrible y patético que puede ser el hombre cuando se hace con el poder sin límites", relata este artista.

Caruso, toda una figura de la ilustración en su país, y que ha realizado las imágenes de El horror de Dunwich para Libros del Zorro Rojo o Don Quixote para Penguin Readers, precisa que ha basado ciertos rasgos de su Erzébet en los de la actriz Julia Saly, durante su interpretación en El retorno del hombre lobo, de Paul Naschy.

El libro se presentará en Barcelona y Madrid a finales del mes de mayo.

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