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Los rocieros, a la espera del encuentro

Una calma tensa que este año está marcada por un acontecimiento ajeno a la que es la romería mariana más importante del mundo, y que ocurrió por última vez en 2007, la celebración de las elecciones municipales

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La misa de romeros ha abierto hoy una jornada que concluirá con el momento de la romería que anhela todo rociero, la salida en procesión de la Virgen a hombros de los almonteños; algo que se espera con ilusión y con el nerviosismo propio de quien ansía volver a tenerla frente a frente.

Una calma tensa que este año está marcada por un acontecimiento ajeno a la que es la romería mariana más importante del mundo, y que ocurrió por última vez en 2007, la celebración de las elecciones municipales.

Si en días previos El Rocío ha sido un oasis en la batalla electoral, pues en respuesta a la petición de la Hermandad Matriz de Almonte los diferentes partidos políticos eliminaron todo tipo de cartelería y propaganda de la aldea, hoy sí ha sido patente la celebración de los comicios.


Y lo ha sido con la apertura, a las nueve de la mañana, de las dos mesas electorales habilitadas en la guardería infantil para que ejerzan su derecho al voto las 1.100 personas que componen el censo electoral, muchas de las cuales, a buen seguro, lo harán vestidas de corto o de flamenca e incluso llegando a caballo o en charret.

Y con un trasiego de vehículos inusual en la mañana del domingo de romería, el protagonizado por aquellos romeros que, no habiendo optado por la modalidad del voto por correo, a la que los diferentes partidos políticos han animado desde que se supo de la coincidencia de ambos actos, han tenido que desplazarse hasta sus localidades de origen para acudir a las urnas.

Esto ha motivado que por parte del Plan Romero se hayan adoptado medidas especiales, principalmente en lo que ha tráfico se refiere, para facilitar la entrada y salida a la aldea de estas personas.

Al margen de esta coincidencia particular, el ambiente en la aldea es ya el de la antesala al gran momento; a pesar de que el cansancio de lo vivido hace mella, los romeros y peregrinos siguen manteniendo el ambiente y disfrutando de la que saben va a ser una jornada larga, la más larga de cuántas se viven en la romería, a la espera de ese "momento de momentos" que no tiene hora fija.

Las alusiones a lo que pasará en la jornada electoral, a quien llevará a partir de mañana los designios de los pueblos y ciudades de origen de los romeros se entremezclan con las que tienen que ver con lo que hoy es lo principal en El Rocío, ese encuentro con la Virgen, a pie de calle, de tú a tú, sin rejas entre medio, para agradecerle y pedirle, para hacerle partícipe de todo lo vivido y de los deseos del futuro por venir.

Se producirá cuando el simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte, procedente del rezo del rosario por las calles del Rocío -un acto que se celebra desde medianoche a la luz de las antorchas que portan los miembros de las 116 filiales- alcance el Santuario de la Blanca Paloma, ya entrada la madrugada, ante la atenta mirada de las miles de personas que se congregan en los alrededores.

Será entonces cuando los almonteños más jóvenes "salten la reja" para hacerse con las andas del paso de la Virgen del Rocío en el que espera desde hace unas dos semanas con vestido nuevo, confeccionado por las mujeres de Almonte, por las que forman parte del taller de bordados de la Hermandad Matriz.

Y a partir de ahí, la 'reina de las Marismas' abandonará su ermita e irá recorriendo la aldea en visita a cada una de las 116 hermandades filiales para agradecerle su presencia un año más y bendecirlos, dejando a su paso momentos emotivos e sólo explicables desde la enorme fe y devoción que se profesa a esta imagen.

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