La alcaldesa de Baltimore (Maryland, EE.UU.) anunció hoy la destitución del jefe de Policía, Anthony Batts, por la creciente oleada de violencia que vive la ciudad tras las protestas en abril por la muerte de un joven negro cuando se encontraba bajo custodia policial.
La alcaldesa demócrata, Stephanie Rawlings-Blake, aseguró que durante las últimas semanas el debate sobre el liderazgo de Batts al frente del departamento de Policía se ha convertido en "una distracción" en la lucha contra la oleada de violencia desatada tras las protestas de abril.
Baltimore registró en mayo 43 homicidios, la mayor cifra mensual desde 1971, cuando la ciudad tenía por lo menos un tercio más de población de la que tiene actualmente, y la cifra de asesinados se ha mantenido excepcionalmente alta en junio y en lo que va de julio.
A su vez, el número de detenciones en la ciudad (una de las más violentas de EE.UU.) se ha reducido drásticamente, y son muchas las voces que apuntan a una relajación de las funciones de los agentes de Policía, quienes presuntamente habrían perdido la confianza en Batts por su gestión de las protestas.
"Como hemos visto en las semanas recientes, son muchos los que siguen muriendo. Las familias están cansadas de sufrir este dolor, y yo también lo estoy", apuntó hoy la alcaldesa.
Las últimas víctimas de esta oleada de violencia fueron tres personas que fallecieron el martes a consecuencia de heridas de bala cerca del campus de la Universidad de Maryland.
Batts, que llegó a la mayor ciudad del estado de Maryland en 2012 desde California con fama de ser un reformista, será reemplazado temporalmente por su ayudante, Kevin Davis.
Durante las violentas protestas que se desencadenaron a finales de abril por la muerte de Freddie Gray cuando se encontraba bajo custodia policial, Batts ordenó a sus hombres que evitasen los enfrentamientos con los manifestantes, aunque estos realizasen destrozos materiales o amenazasen a los agentes.
Más de 150 agentes resultaron heridos, y en las siguientes semanas empezaron a surgir voces desde dentro de la Policía (todas ellas sin identificarse públicamente) que criticaban la decisión de los mandos y una supuesta falta de apoyo a los agentes por parte de Batts.
Baltimore cuenta con un cuerpo policial de alrededor de 2.500 agentes.