El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Punta Umbría (Huelva), Ángel Mendoza, ha expresado este martes su "indignación" por la actuación de las autoridades tras el hallazgo de un proyectil este martes por un barco pesquero en alta mar y considera que éste "no se debió trasladar al puerto".
En un comunicado, Mendoza ha asegurado que "se ha puesto en riesgo tanto a la tripulación del pesquero que transportó el proyectil hasta el puerto, como a los empleados de la lonja de Punta Umbría, a los marineros y armadores allí presentes en el momento en el cual llegó el barco y a los vecinos de la zona".
A su juicio, "bajo ningún concepto el proyectil debió ser trasladado hasta el puerto, creando una situación de alarma social absolutamente innecesaria".
Por ello, ha manifestado que espera que "un espectáculo de tal naturaleza no vuelva a producirse y se tomen por las autoridades competentes las medidas necesarias".
Ante lo sucedido este lunes en Punta Umbría después de que un pesquero localizara un proyectil en alta mar mientras faenaba, el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Punta Umbría, Ángel Mendoza, ha remarcado "su indignación y su malestar" en cuanto a la actuación llevada a cabo por las "autoridades competentes".
Mendoza considera que es "ilógico que por quien procediese no se pusiera en su conocimiento lo ocurrido como patrón mayor, sabiendo que en la lonja de Punta Umbría se encontraban trabajando empleados de la misma, poniendo en riesgo su vida y su seguridad".
El patrón mayor entiende que el protocolo de seguridad llevado a cabo "no fue el adecuado" porque "cuando está en riesgo algo tan importante como la integridad física y la vida de las personas hay que actuar en todo momento velando por ella, primando esto por encima de cualquier circunstancia".
De esta forma, opina que lo que debió hacerse fue devolver el proyectil al fondo del mar y comunicar las coordenadas de su localización a las "autoridades competentes". De esta forma sí se hubiera "puesto a salvo" en primer lugar la vida de la tripulación y, posteriormente, la de los empleados de lonja y marineros y armadores que allí se encontraban, así como la de los vecinos colindantes.
Mendoza ha lamentado cómo se desarrollaron los hechos, creándose además "una alarma innecesaria en perjuicio de todo un pueblo que pudo haberse evitado si se hubiese actuado de otra manera" ya que "bajo ningún concepto el proyectil debió ser trasladado hasta el puerto".